ESCRIBIR EN HISPANOAMÉRICA , DESBORDE ABSOLUTO
Ciertamente así lo fué y sucedió con creces , situación para la que no estábamos preparados a priori , si que fuimos ajustando con el correr del tiempo .
Este ercer tranco de libros y escritura lo titulamos , claro , "Escribir en Hispanoamérica" , como los dos anteriores "Escribir en Murcia" y "Escribir en España" . Todo muy ordenado , lineal en tiempo-espacio y bien clasificado , para evitar interferencias no deseadas .
Hay que decir que , para entonces , ya teníamos asegurado un holgado pasar financiro , gracias a las dos Cajas de Ahorro que vigilaban nuestros dineros . Las dos tenían un departamento de cultura , con sendos directores intelifentes , cultos y con buenas capacidades de públicas relaciones . Entre ambas y la universidad existían fluidas relaciones de antaño , especificadas en nuestro caso , al extremo de establecer auténticas amistades cara al futuro de no pocos implicados , justo es decirlo .
Pues bien , la primera reunión del equipo resultó intensa y un tanto gritadora . Estaban exaltados porque ya habían conocido a José Donoso , tan distinto de los españoles a la hora de contar historias de manera oral . Cada uno traía una nutrida lis de invitados posibles , pues varios de ellos estaban cursando la Literatura Hispanoamericana en las aulas , y todos andaban enfrascados en la lectura de poetas y novelistas de allá . Exaltados defendían cada nombre con pasión , al punto que el profesor tuvo que templarlos para llegar a un plausible consenso .
Al cabo cofeccionaron dos listas , un con cinco nombres para invitaciones inmediatas ; otra con quince para ocasiones venideras . En ambas figuraba Jorge Luis Borges en lugar preeminente , pues que aún vivía en su residencia de Ginebra .
Aquí el profesor dió en razonarles . El autor de "El Aleph" se hallaba en avanzada edad , ciego y con naturales dificultades de viaje . Quizá conviniera mudar la estrategia y no invitarlo para este ciclo , dejarlo para más adelante y ofrecerle algo que le pudiera gustar , al tiempo que centrar su figura como gran protagnista único .
Pensó en proponerlo para el honroso título de "Doctor honoris causa" por la Cátedra de Literatura Hispanoamericana , Facultad de Letras , Universidad de Murcia .
La propuesta cayó en tierra fértil , la acogieron con entusiasmo y quedó aprobada con unanimidad alegre y confiada , dispuestos incialmente a leer todo lo que fuera necesrio , así como acopiar la información precisa para preparar bien el acontecimiento .
Para ello quedaron gustosamente emplazados . Y continuaron pergeñando la tercera parte del Ciclo .
Por aquellas calendas los nombres de Pedro de Valderrama y Abel Posse y Jorge Edwards estaban en pleno candelero . Los tres diplomáticos , embajadores y escritores de talento . Todavía no habían incidido en nuestros lares los Mario Vargas Llosa y Ernesto Sábato , que llegarían años más tarde y de qué manera .
Y por ahí comenzaron los eventos , con toda pompa y circunstancia . Vinieron , hablaron , conversaron , convivieron con alegría , y regresaron a sus lugares de residencia con el claro y expresado propósito de volver , como sucedió en numerosas ocasiones , para satisfacción de propios y extraños .
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