GRANDES ESPERANZAS , LA PEQUEÑA DORRIT
Por fía habíamos llegado a plenitud de la madurez profesional y humana en su más amplio sentido , corrientes que corrían paralelas con la edad biológica , intelectual y emocional . Casi todos los métodos estaban descubiertos y en ejercicio vivo , a la espera de los nuevos decubrimientos de investigación y docencia , para incorporarlos con tiento y medida y que los alumnos pudieran reecibir las enseñanzas teóricas competentes a la vez que las distintas praxis , movedizas y cambiantes , con vistas a su integral preparción para su vida y actividad futuras , portadores de todas las armas posibles a fin de que su barojiana lucha por la vida resultara lo más cómoda y adaptada posible ´.
El profesor recuerda que habitaban una universidad pequeña , una Facultad de Letras bastante limitada , lo que no debía ser obstáculo para la tarea en curso , mucho más dependiente de la calidad y dedicación de los idóneos profesores que de los elementos materiales que sustentaban el edificio , una verdad de Pero Grullo en ocasiones bastante olvidada .
El profesor , ya bastante maduro , trabajaba con tres buenos maestros de los que fué reciente alumno y ahora compañero de trabajos y fatigas compensadoras .
Por una parte , don Manuel Muñoz Cortés , responsable general del área de filología , cuyas interacciones literarias resultan altamente beneficiosas , pues que los comportamientos estancos y de excesiva especialidad no uelen ser recomendables .
Además , don Angel Valbuena Prat , el otro catedrático de Literatura Española , autor de un manual moderno y abarcador muy personal , admirable fuente nutricia de datos e interpretaciones brillantes . Hombre de la antigua escuela , sensible y captador de lo grande y lo pequeño que la gran literatura era capaz de aportar .
Y al cabo , el maestro don Mariano Baquero , su mentor más directo , con el que se fué formando día tras día , riguroso en el estudio y buen crítico , que aportaba sistema y orden minucioso en el trabajo , y al que fué convenciendo de una verdad plausible y necesaria : la práctica del comentario de texto independiente , como la otra cara de la moneda en relación con las excelentes clases teóricas .
Un pequeño círculo bien cerrado y abierto a todas las expectativas posibles . Trabajaban mucho y bien de consuno , viendo como los alumnos crecía en progresión geométrica , mientras que los profesores no lo hacian en pareja medida , lo que dificultaba la tarea de los presentes en ejercicio , a la vez que aumentaba su carga lectiva .
Pero no valían quejas ni jeremíacas protestas infecundas y gratuitas . Era lo que había y así se aceptaba , aunque ya por aquellos años el profesor olfateaba cierta degradación en los hábitos , una preocupante bajada de niveles en el rendimiento global de los alumnos , por razones de orígenes en los colegios e institutos y por la masificación universitaria creciente .
Razón genérica por la cual hoy trae a colación estos dos títulos reveladores de Dickens , libros nomuy divulgados en aquellos tiempos , pero de necesaria lectura como fuente vital y de conocimientos múltiples .
Porque comenzaba a ser verdad que , pese a la limitación de bienes materiales , el trabajo en las aulas y fuera de ellas ya daba ópimos frutos parq uienes quisieran venir a regerlos , tanto en el pequeño feraz terruño cuanto en las ramificaciones , externas y lejanas , que ya comenzaban a fructificar satisfactoriamente .
Muchas andábamos embarcados en grandes peranzas , ciertamente , sobre la base de unas raíces e inflorescencias que apuntaban maneras y posibilidades . Por ejemplo , la primera vez que un escritor vino invitado a nuestra universidad , hubo muchas timidecas y titubeos , como suelo suceder con todo lo nuevo y desacostumbrado ; pero cuando un año después vino el correspondiente , todo el mundo partipó activamente , hasta convertirlo en una fiesta intelectual y emotiva , plena de virtualidades que se irían haciendo realidad individual y colectiva . He ahí uno de los pocos secretos necesarios del quehacer docente .
El profesor solía decir a sus alumnos : ¿Os imagináis una Facultad de Química sin laboratorios ? Pues igual sucede con la Facultad de Letras , que también necesita labortorios para las clases prácticas , léase comentarios de texto en todas sus virtualidades .
También les recordaba una conocida jaculatoria de San Pablo , el apóstol de los gentiles : " El amor es de suyo expansivo ". Realidad que sirve para cualquier actividad en esta vida . El amor expande su realidad . Y con amor al trabajo , y a la obra bien hecha , se pueden alcanzar metas que al principio parecieran imposibles .
El trabajo docente-discente necesita mucho amor para que ofrezca los pertinentes frutos . Esto ya lo estaban comprobando los muchos y buenos que se acercaban expectantes a nuestras aulas , no importa si la sede fuera la universidad de Murcia , o la de Madrid , o la de París , pues cualquier territorio es bueno si lo son la semilla , los sembradores y los evangélicos segadores .
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