UNA REVISTA DE JOVENES LLAMADA "MACONDO"
Pues bien , una buena parte de esa juventud también es estudiosa , considerando el estudio como trabajo no asalariado , y también como un privilegio por obvias razones .
A esta juventud minoritaria me refiero , con cuyas y múltiples oleadas coincidí a lo largo de varias generaciones en plan altamente satisfactorio . Ahora concreto en los cursos que pasé con ellos en el Instituto Alfonso X de Murcia , Sección Delegada que años adelante habŕia de llamarse Instituto Floridablanca .
Yo venía de Alcantarilla , niños más camperos , y tropecé con niños jóvenes mas urbanos , pero esencialmente iguales en lo fundamental , si que con una diferencia retrógrada : aquí volvían a ser unisex , masculinos en este caso .
Bachiller Elemental y Bachiller Superior , muchachos entre los 12 y los 17 años mis alumnos cocretos , casi todos buenos estudiantes y no mal educados , con las correspondientes excepciones que confirman la regla.
Un buen día les propuse una de tantas actividades extraescolares para dibjantes , escritores y organizadores entre ellos . Les dí una semana ˋpara que pensaran en sus capacidades y me ccomunicaran su libre aceptación del empeño , trabajo extra , sin remuneración crematística y sin el más mínimo reflejo en la nota , unicamente la satisfacción personal .
Dicho y hecho . Cumplido el plazo , me comunicaron por escrito su decisión y datos personales . Así que , una mañana a la hora del recreo , los convoqué para estudiar el asunto y decidir lo necesario conveniente .
Empecé diciéndoles que ya lo estaban comprobando , se estaban perdiendo la esperada hora de recreo , lo que decía mucho bueno de ellos y a mí me congratulaba .
Unos treinta voluntarios de diversos cursos y edades , de dífícil , pero de previsible integración armónica cuando cada uno supiera lo que debía realizar , en función del resto del equipo . Aún convencido de su vocación de trabajo , también les adelanté que les daría otra semana una vez conocido el plan , para que reflexionaran de nuevo , por si acaso alguno no se sentía plenamente a gusto y con las fuerzas necesarias .
En quince minutos les expliqué minuciosamente el plan de actuación , para que eligieran según las habilidades de cada uno y se fueran conociendo mejor una vez conocidos los otros del equipo .
Se trataba de proyectar una Revista hecha por ellos y para ellos , con cierta participación coyuntural de algun profesor particularmente interesado .
La tal Revista se llamaría "MACONDO" por razones personales y laborales , para lo que les expliqué lo adecuado en torno Gabriel García Márquez y que yo era profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad .
Proyecto de la Revista , diseño , textos , dibujos , secciones , maquetación , etc . Aluvión de preguntas y sugerencias , se quitaban la palabra de la boca , como suele suceder con los jóvenes entusiasmados . Cinco minutos antes de terminar la hora de recreo , todo pergeñado , carpetas y bolígrafos en ristre , disolvimos la reunión y regresamos al trabajo habitual .
Uno de los alevines sintetizó con cierto desparpajo digno de reseña: "Sí , profesor , como usted dice en clase "ahora cada mochuelo a su olivo" , que nos lo dijo el primer día de clase y no sabíamos lo que era un mochuelo".
Pues bien , amigos , conservo como oro en paño una abultada carpeta con los originales del primer número de la Revista . La foto es un dibujo a tinta china del entonces profesor de dibujo don José Reyes Guillén , de feliz recordación .