Carmen , esto puede considerarse un milagro de la naturaleza floral , un fenómeno que los jardineros no se explican del todo .
Me refiero a las orquídeas . Recuerda que son las tuyas personalísimas , las que te regalamos para tu cumpleaños el día dos de mayo del año pasado . Te gustaron y las cuidaste con mimo , como todas las muchas plantas que tenías , pues que eres muy aficionada a colocar plantas y flores por toda la casa , floralia tantum .
Pues bien , ayer me levanté muy temprano , casi con el sol naciente . La casa estaba sosegada y en compkleto silencio , todos dormían placidamente porque los niños no tenían colegio , celebraban la festividad de Santo Tomás de Aquino .
Salí al porque de levante con ténue luz crepuscular y , con cierta sorpresa inconsciete , noté que algo no estaba igual , distinto entre todo lo habitual y conocido . La mesa larga , la mesa redonda donde los niños prefieren comer , las tumbonas cómodas , el futbolín , los grandes toldos , el pequeño y artístico andamio de madera en pirámide lleno de macetas y el aquarium residencia de la tranquila tortuga milenaria .
Todo parecía en el mismo orden y presencia de siempre , y sin embargo , repito que algo despertaba mi expectación .
Nuevas y escudriñadoras miradas alrededor , en cámara lenta . Y de improviso , la realidad se reveló , ofreciéndome un detalle apenas perceptible a primera vista , pero luminoso y lleno de color .
Las dos orquídeas tienen un nuevo brote cada una , espléndido . Las tres corolas anteriores están un poco más apagadas , las nueves lucen el esplendor de lo nuevo renacido .
Esta es la realidad , Carmen , una presencia tuya vivificada y esplendente . Las flores y tú , unidas .
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