Vuelvo al inicio de los buenos tiempos , Carmen , aquellos que vivimos a plena intensidad , felices todos y contentos , sin un minuto libre para otros menesteres , no los veíamos en el horizonte ni los necesitábamos .
Antes que nada y por aquello de las infraestructura , todos estábamos de acuerdo en que el dinero resultaba necesario para cualquier empeño que mereciera la pena de verdad .
La universidad podía ser un pozo de sabiduría , pero siempre anduvo escasa de caudales que no fueran lo estrictamente necesarios para las primarias obligaciones , por otra parte nunca suficientemente satisfechas , sobre todo desde que comenzó la masificación de estudiantes .
Había que recurrir a otras fuentes nutricias . Y las encontré en las dos Cajas de Ahorro (peculiares bancos) a través de su sección social y cultural . Negocié con ambas instituciones y las se mostraron propicias desde el principio , cuestión de las personas inteligentes que estaban a su cargo .
De modo que podíamos comenzar con los proyectos , al principio relativamente modestos para no molestar .
Pero claro , lo primero era constituír un meritorio y eficaz equipo de trabajo . Lo pensé mucho por los riesgos que comportaba roturar caminos nunca transitados con el empeño y ambición de nuestra partida y horizontes .
Decidi que debía estar compuesto por estudiantes y profesores , gente joven y adulta . Mi experiencia de instituto y universidad me permitía un amplio abanico humano y no dudé en comprometerlos con amistad y rigor , con orden y concierto .
Finalmente quedó constituído : quince estudiantes (tres por cada uno de los cinco cursos de literatura , a los que daba clase , para renovar tres cada final de curso ,
los nuevos de primero) , diez profesores de instituto y cinco de universidad .
Una primera reunión masiva , discutida y prolongada en el tiempo . Al cabo , todo quedo encajado y cada cual sabía su propia tarea individual y colectiva . Yo apenas tenía que dirigir nada , pues que funcionaba como un reloj suizo , sobre todo me tenían para tareas de teléfono y gestinar la venida de escritores , así como negociar el incremento de presupuestos .
omenzamos invitando a José Luis Castillo Puche , buen escritor de la tierra y bien conocido en amplios círculos . El resultado no pudo ser mejor , incluída la masiva firma de libros en el Paraninfo .
Recuerda , Carmen , lo que te sorprendió la florida melena y barba del escritor . Búffalo Bill , como lo apodaron cariñosamente los estudiantes .
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