Ciertamente , Carmen , hoy pensaba dedicar el tiempo a labores de intendencia intrafamiliar . Me levanté un poco tarde , desayuné con parsimonia y , pese alcatarro que no se decide a irse del todo , me fumé con el café uno de esos puritos que no te gustan . Todo muy ajustado y sereno .
Terminar los últimos paquetes de los niños , preparar los sobres - sorpresa , disponer los últimos villancicos , ayudar en pequeñas tareas de cocina y bajar a la farmacia de mi hermana para recoger unos medicamentos que nos faltan . Y cosas así .
Pero reza la sabiduría popular que "el hombre propone y Dios dispone" . Y así ha sucedido .
Cuando llego a la farmacia , me dicen que hace un rato aparecieron tres amigos preguntando por mí para el café habitual . Y que me esperan en la cafetería del museo .
No acierto a suponer quienes son . Con cierta expectativa me dirijo al museo . Y !oh sorpresa , reconozco a los tres amigos !.
El Cuarteto de Alejandría en pleno .
Saludos , abrazos , risas y emoción a raudales por mi parte . Ya los conoces , Carmen ellos son así desde siempre , no tienen remedio , afortunadamente . La verdad es que lo hemos pasado muy bien con ellos , tan distintos , tan iguales y firmes en la amistad .
El vecino comentarista dice :"No se hable más de este asunto , lo tenemos decidido desde Nochebuena . Había que venir y aquí estammos, que la última vez lo vimos un poco pachucho".
"Eso había que remediarlo" , tercia el amigo talabartero , que concluye : "No nos habríamos quedado a gusto , que la amistad es para las ocasiones , sobre todo cuando los amigos te necesitan aunque no lo digan".
El profesor alemán lo dice en latín , para mayor claridad :"Amicitia super omnia". Y tornamos al café humeante y los puros habanos de los grandes momentos y celebraciones .
Hasta que mediada la reunión , colocan sobre el velador una caja envuelta en precoso papel de regalo con cenefas griegas . Un punto de silencio y me invitan a abrirla , pues me la traen por delegación de los Reyes Magos .
Así lo hago con cierto nerviosismo por la sorpresa . Por fín aparece una preciosa pipa marrón y negro entreverados . Cachimba claśica espectacular , con la cabeza de Goethe tallada en la cazoleta . Saben que las colecciono desde antiguo .
Intento decir algo y se me quiebran las palabras . El profesor alemán salva la situación con voz grave y pausada :"Sabíamos que te gustaría . Está hecha de brezo bávaro con lengüeta marfileña , una pequeña joya de fumador empedernido".
El resto fueron palabras y abrazos emocionados .
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