El edificio culturl literario estaba bien armado . Y el equipo perfectamente engrasado para el travbaja y la acción . Faltaba el dinero suficiente , que de ningún modo podría salir de la propia universidad , porque la enseñanza siempre perteneció a una particular orden mendicante receptora de escasos óbolos . El mecenazgo no existía y las otras instituciones tampo estaban por la labor .
Aquí debo contar una anécdota reveladora de mis capacidades negociadoras , fijadas muy bien por la madre : "Hijo , tienes una vena de hombre de negocios que corresponde a cierta rama de la familia . No la sigas porque no te compensará . Responde mejor a las capacidades humanísticas que también te adornan".
Pero el ramalazo permanece , si que un tanto aletargado , como la hibernación de los asos aguardando la primevera . Vayamos a la anécdota .
Fin de carrera y preparación del viaje de estudios . Entonces no se hacían rifas ni camisitas ni nada pintoresco . Se pedía dinero a las diversas instituciones ,
entre las cuales incluí el Obispado . Mis compañeros se escandalizaron , pero yo insistí en la petición , por lo que un día me presente a ver al señor obispo , que me recibió amable .
Le hablé de lo divino más que de lo humano . Y al cabo , me prometió una ayuda de 500 pesetas , en aquellos años cantidad importante (1.963). Los tres maristas compañeros de carrera no se lo querían creer , pero así sucedió. Tenía razón mi madre .
En consecuencia , fuí a conversar con los responsables sociales y de cultura de nuestras dos cajas de ahorro , Cajamurcia y Caja del Mediterráneo . Grata sorpresa por nuestra parte : ambas se comprometieron a financiar un proyecto cada una al año , con notable generosidad , porque entendieron que el nombre de Murcia y sus instotuciones sonaría en numerosas partes del mundo .
¿Lo recuardas , Carmen , tú que participaste en varios de aquellos ágapes lúdico - financieros ? Aquello resultó vero per ben trovato .
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