Ho cumplimos el número cien de estos escritos compartidos , guapa señora . Había pensado en un texto de adecuada exaltación , pero lo he meditado mejor y me decido por una crónica familiar del entorno más cercano : los hijos y los nietos en la actualidad .
De entrada , reconozco con sumo gozo la magnífica herencia que me has dejado , insuperable como coresponde a tu elevada condición de madre y abuela .
Empecemos por los hijos .
El mayor , Javier , anda cada vez más contento y realizado en su colegio , entre naranjos y limoneros , entusiasmado con sus alumnos adolescentes .
La siguiente , Lydia , impartiendo justicia en su juzgado de violencia , perfectamente identificada con su difícil trabajo . Es una buena juez .
La pequeña , Mari Carmen , ejerciendo su vocacional trabajo de psiquiatra infantil , también a vuelta con adolescentes problemáticos por enfermos .
Y ahora , los nietos . Los cinco en sus colegios como corresponde . Tengo que decir , (y no es pasión de abuelo, sino informes de sus buenos profesores) , que son inteligentes y estudiosos , obtienen unas notas sobresalientes . Los cinco son guapos , qué vamos a hacer , pero sobre todo buenas personas dedicadamente educados por sus infatigables padres .
¿De qué podría quejarme con semajante panorama ? Te lo repito , me has dejado la mejor de las herencias posibles . Medio siglo de profundo amor entre los dos , unos privilegiados , han dado estos ópimos frutos humanos . Nunca te lo agradeceré bastante .
Ahora estoy solo en casa , cada cual en su menester correspondiente .
Sólo contigo , la mejor compañía , Carmen .