miércoles, 11 de mayo de 2016

Malhadada historia..DOS

   Los años fueron transcurriendo con lentitud y trabajo excesivo, que nunca lo fuera si nos atenemos a las circunstancias. Un doctorado,para permanecer en la universidad como profesor, varias oposiciones, una cátedra de Instituto, otra de Escuela Universitaria, investigación, numerosos trabajos de especialista y algunos versos amén de cuentos y dos o tres novelas frustradas que terminaron en el fuego. La vida brotaba por todas partes, siempre compensadora y estimulante. Hasta que, con respecto al archivo, llegaron los aledaños del V Centenario del Descubrimiento de América, que lo fué para todo el mundo allende las fronteras de América.
  Nos dispusimos a celebrar de manera exagerada e inoportuna, como siempre que los políticos se meten a manifaceros de estas cosas. Mucha palabrería, mucho gasto inútil, ya se sabe. y escasos frutos, que se disolvieron en los años como azucarillo en vaso de agua. Se creó una Comisión Nacional y las correspondiente regionales. En mi caso, coincidió que el Presidente Carlos Collado había sido compañero mío de estudios en la universidad, y continuábamos una buena amistad y colaboración. El la presidía y me nombró vicepresidente de la Comisión murciana. Y comenzamos a trabajar. Muchas cosas hicimos y, cuando se trataba de hablar o escribir, yo propiciaba y potenciaba siempre la escritura, por aquello tan latino de "Verba volant, scripta manent".
  Pues bien, aquel capítulo aportó numerosa documentación al archivo, parte de la cual conservo por previsión y desconfianza de las instituciones y sus serviles funcionarios, por lo que una buena parte anda perdida por esos almacenes misteriosos cuya ubicación resulta siempre un misterio aplazado. En lo positivo, destacaré tres congresos multitudinarios. Uno sindicalista, al que asistieron cientos de congresistas de aquí y de allá, presididos por Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez (jefes de UGT  y  Comisiones Obreras respectivamente). Muy movido y casi todo perdido, por lo apuntado,por la inmediatez política y la desgana inveterada de los afectados directos.  Otro de "La mujer en la vida pública", especialmente interesante y dinámico, por el que pasaron casi todas las algo tenían que decir. Igual resultado, documentos perdidos, olvidados, periclitados por obvias y múltiples razones.
  Pero nos quedó el tercero y ese sí que lo conservamos casi al completo, gracias a las tres secretarias que, por diversos motivos,me adjudicaron, así como a mi equipo de trabajo en aquellas fechas, treinta profesores y alumnos dedicados y trabajando por placer, entre otras causas estimulantes. Lo  titulamos  "Literatura de dos Mundos. El Encuentro", y eso lo dice casi todo.
  la pretensión era simple y ardua, nada más y nada menos que establecer un puente de agradable y necesaria comunicación entre los escritores de aquende y de allende los mares, como gustaba decir Menéndez y Pelayo. Nos pusimos todos al empeño y logramos que vinieran más de ciento cincuenta escritores a pasar una semana en esta tierra hidalga y acogedora, ocupando las aulas universitarias por derecho propio, paseando  por calles y plazas, degustando placenteros el buen yantar y los caldos variados, a veces suaves y en ocasiones rudos de graduación, que bien suele abastecer esta geografía.
   Hubo ponencias, mesas redondas, conferencias magistrales, paneles de lectura, hubo de todo para perfeccionar la idea de Gracián: "Lo bueno, si abundante, varias veces bueno". Lo pasamos bien, fuimos felices, hicimos acopio de amigos y textos, y dejamos abierta una puerta de luz y claraboya cara al futuro.
  Tan sólo un dato como referencia. Uno de esos paneles de lectura , original e inédita, estuvo constituído por Ana María Matute, Francisco Brines, Gastón Baquero, Mario Benedetti y Claudio Rodríguez,  todos  "moderados" por el hispanista de La Sorbona Claude Couffón. ¿Algo huele a podrido en Dinamarca? Todo lo contrario, "Algo huele a hermosura en esta tierra". 
  Así lo vivimos, así lo recordamos, así reposa bien atesorado en los archivos de la Cátedra de Literatura Hispanoamericana, a cuya sombra protectora fueron creciendo estas y otras muchas iniciativas enriquecedoras. Por eso pudo decir Abel Posse la noche brillante de clausura y en representación de todos los escritores: "La comunidad intelectual y creativa de América Latina sabe que, desde ahora, tiene en esta tierra un acogedor y libre lugar de encuentro".  Fiat lux...



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