martes, 24 de mayo de 2016

Academias y oposiciones, aberración en la enseñanza

  Han pasado cuarenta años de democracia (es un decir, a juzgar por las cosas que aún pasan por aquí) y todavía continuamos con la segunda fiesta nacional, la de las oposiciones. y así nos va, así nos luce la cabellera undosa o, por mejor decir, así ostentamos el pelillo de la dehesa, tan contentos.

  Las tales oposiciones, cuando de enseñanza y educación se trata, constituyen auténtica aberración, pues que, de manera endogámica y ramplona, se pretende la selección de maestros sin ver un alumno y sin valorar las calidades académicas y educativas de quienes van a ser seleccionados. Si acaso, unos temas dispersos, muchos dibujos y estadísticas, bastante organización administrativa, escasa capacidad de hablar, métodos ausentes y unas formulaciones psicopedagógicas que si no fueran para llorar, serían para reir.



  Pero ¿cómo es posible a estas alturas tal desprecio de la enseñanza, los niños y sus maestros? Quizá un dato estadístico pueda contribuir a entender todo esto: la final de la copa del Rey de fútbol fue vista por diez millones largos de espectadores en televisión. Así que, aquí culpables todos: los que gobiernan y los gobernados. Una pescadilla que se muerde la cola. Los que mandan saben que cuanto más brutos e incultos, mayor capacidad de ser manipulados. Los gobernados desean que sus retoños lleguen a ser
Messis o Ronaldos. En consecuencia, les regalan un balón en lugar de un libro. Y así hasta...
  Tenían razón los romanos: al pueblo irredento, "panem et circenses". Y todos felices. Tenía razón Lope de Vega,  "el vulgo es necio". Y todos felices. Con el contento y la felicidad de la caverna prehistórica, en cuyos dominios aún estaban muy lejos de entrar el pensamiento, la razón y la sensibilidad de seres vivos racionales.
  Mal estaban las cosas también, por entonces, pero valga el recuerdo de mis oposiciones  magisterio. Dos ejercicios pr la sabiduría general y la pedagógica. Otro para la educación física. Y uno muy especial para realizar una clase con niños, delante del tribunal. Insisto en que no era un desideratum, pero sí algo mucho mejor que lo actual.
  Colofón. Las academias preparatorias multiplican la matrícula por estas fechas, un mes antes de la oposición. No haré ningún comentario, pero pensadlo un poco. ¿Pensamos mejorar los niveles de los niños con los maestros que salgan de semejantes zahurdas de Plutón?

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