VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 117 )

 ELENA  PONIATOWSKA ,  MEXICANA UNIVERSAL 

   En la línea de la gran Sor Juana Inés de la Cruz y la no menos grande  de  Gabriela Mistral ,  siendo mexicana profunda ha dado en continuar una clara líea de escritora que convierten lo particular en universal con la mayor naturalidad del mundo .

     Leída y explicada en mis clases ,  la conocí hace muchos años en El  Escorial donde al azar coincidimos ,  ella invitada por sus libros y yo en uno de aquellos magníficos cursos que por entonces dirigíamos con la pléyade de escritores hispanos .

     Hablamos con franqueza ,  la invité a nuestros eventos literarios y aceptó como quien recibe un regalo inesperado en el tiempo y la distancia ,  tal era su amabilidad .

     Y vino a Murcia con todos los prenotandos a su favor .  Y  le aagradó sobremnera que los alumnos hubieran leído sus libros previamente .  Y fué una fiesta su presencia y los coloquios mantenidos tanto dentro como fuera de la universidad .

     Y al año siguiente la llevamos a Cartagena ,  ciudad que deseaba conocer por varios motivos peronales .  Aprovechamos que dedicaban ese año justo a México ,  por lo que ella vino como representante de las Letras mexicanas .  Y su presencia nos desbordó para bien ,  como por otra parte cabía esperar .

      También aceptó venir al Escorial ,  oportunidad que aprovché para dedicarle el Curso a ella sola ,  pues como escritora y como persona era capaz no un solo curso ,  sino varios .

     Podría contar varias y jugosas anécdotas suyas entre  nosotros ,  pero me limitaré a una .  Imaginad un coloquio .  Elena había intervenido y se sucedián las preguntas en torno a su obra y la de algunos otros escritores más menos relacionados .  De pronto se levantó un señor muy atildado que hablaba una mezcla extraña de idiomas .  "Señora Poniatoska ,  permítame usted que le haga una pregunta muy concreta" .

     Y se pasó un buen rato hablando de diversos temas muy puesto en fraseología bastante decimonónica ,  para terminar con la pregunta : "¿ Qué le parece ? ".  Y la señora Poniatowska ,  con la más encantadora de sus sonrisas ,  le contestó suavemente : " Muy bien ,  caballero " .