ALMUDENA GRANDES Y CLARA SÁNCHEZ , ESCRITORAS
Fueron de las primeras en venir a nuestros lares , en aquellos tiempos difíciles , si que compensadores , en los que andábamos buscando caminos , trochas y veredas para el impulso de los libros y sus autores en las aulas de la universidad , empeño que habría de trascender a las calles y plazas de la ciudad , porque lo que permanece indemne dentro de las aulas es muy bueno y necesario , pero no suficiente .
Ya por entonces no hacíamos discriminación alguna de sexo . Si el escritor era bueno , lo invitábamos y venía . Si la escritora era buena , la invitábamos y venía . Mujeres y hombres en igualdad de condiciones y mérito ante la excelencia , porque cuando de arte se trata no valen discriminaciones frente al cerebro creador y la imaginación subsiguiente .
Primero vino Almudena , justo cuando estábamos celebrando el V Centenario de América , con gran movimiento político en gran medida contradictorio . En la rueda de prensa , varios periodistas intentaron introducir lo político en la entrevista , al punto que debí aclarar lo de siempre : la scritora venía como tal , no como persona más o menos comprometida con credos políticos .
En todo caso impartió una notable conferencia y el coloquio fue largo y fructífero , con predominio de jóvenes en el aula , habló de todo con el telón de fondo de la vocación y el ansia de escribir . Se mostró amable pero quizá por caracter y por juventud no fué de las que más y mejor huella personal dejaron . Despertó admiración , pero no amistad abierta , sin duda era su forma de ser , no precisamente proclive a las confidencias ni a las conversaciones demasiado abiertas , así me lo hicieron notas las colaboradoras tras su marcha .
Clara vino un tiempo después . Caracter casi diametralmente opuesto . Amable , generosa y humilde , todo el tiempo estuvo rodeada de los equipiers , entusiasmados con ella que la llevaron en palmitas todas las veces que vino , incluso prolongando relación en sus regresos . En lo estrictamente literario , rigurosa , meditada y con brillantes ideas . Todos quedamos encantados y satisfechos . Regresó y volvió a suceder lo mismo . Y nos volvimos a ver en El Escorial . En fín , un encanto como escritora , como mujer y como y como persona , tal y como me informaron los colaboradores sin excepción .
Dos buenas escritoras jóvenes que cumplieron amable y eficazmente su compromiso . No podíamos pedir más y no lo pedimos , pues de eso se trataba precisamente .
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