Debo recordarte , Carmen , que conservo el jardín tal y como lo diseñaste y dejaste , sin cambiar ni añadir absolutamente nada . Los árboles copudos , los naranjos y limoneros , así como las cuatro moreras gigantes que forman un acogedor cenador . También las docenas de plantas y flores , para cuyo cuidado llevo un vademecum por la complejidad de tiempos y atenciones múltiples .
También recuerdo los momentos de planificar y ordenar la casa . Rodeada de planos y otros adminículos útiles, me dijiste : "Vamos a organizar todo esto" . Mi respuesta fue tajante , comprensiva y amorosa : "Te lo repito por última vez . Esta es la primera casa tuya . Hazla exactamente como te guste , desde la puerta hasta la chimenea , todo a tu gusto , medida y capricho . El resultado me encantará" .
Pues bien , esta mañana han venido los jardineros a preparar el jardín para primvera . Varias horas porque ya parecía demasiada selva . Y cuando se iban , el mayor me ha hecho observar : "Mire usted , la primera hojita de la morera enana" .
Así es en verdad . En la peqeñña morera que tenemos en la puerta de entrada , gran macetón , ha brotado con toda timidez la primera hoja , justo en la parte superior .
Un pequeño milagro de la naturaleza en el amplio andamiaje de ramas vacías , casi invisible ´.
Pues bien , la he cortado con mimo , la he planchado un poco para eliminar pequeños alabeos , y la he colocado entre las hojas de uno de tus libros favoritos .
Un hito más entre los muchos que van constituyendo tu presencia viva entre nosotros .
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