Carmen , ya todos estábamos fijos y donde y cómo debíamos estar para actuar en consecuencia . Lo habíamos logrado casi todo y ahora dependía de los escritores y profesores y alumnos que aquella empresa tuviera el éxito augurado , que deseábamos ardiente y juvenilmente , o se quedara en agua de borrajas , con buen color paro con sabor dudoso .
Unos alumnos , buenos lectore , me propusieron la invitación a Juan Carlos Onetti , excelente escritor , pero no estrella encumbrada . Debíamos ser mdestos y cmenzar sin alharacas .
Así lo hice . Mejor dicho , Carmen , porque la primera conversación telefónica la tuviste tú con su esposa .
Me extrañó un poco que no se pusiera él al teléfono , así que lo volví a llamar . Y de nuevo la esposa , una mujer inteligente y encantadora . Al principio me dijo que el autor de "El astillero" no estaba en casa , que le explicara mi propuesta , lo comentarían y nos ofrecería una respuesta , aunque ya me adelantaba que sería difícil porque su esposo no era partidario de acontecimientos fuera de la escritura en soledad .
Una cierta perplejidad nos invadió. En todo caso , jamás he dejado el empeño en las primeras batallas , mucho menos ahora que comenzábamos itinerarios que se prometían felices de signos positivos y esperanzadores .
Aguardamos que las nubes despejaran el cielo . Mañana contaré las peripecias que tanto te divirtieron , Carmen , y que propiciaron tu primera amistad con alguien a distancia .
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