Recuerda , Carmen , nuestra primera conversación con el protagonista . Nos pareció un poco rara , con la voz como entrecortada y una cierta premiosidad al hablar , tal que si tuviera un entorno poco favorable .
Con el tiempo lo aclaramos todo , viendo las circunstancias alrededor y los pequeños detalles proclives a la sonrisa comprensiva .
Resulta que , a la sazón , se encontraba malito en un hotel de Ginebra . Llamamal hotel y el conserje nos dijo que la señora Kadama había ordenado no pasar llamadas al señor Borges en su ausencia . Hablamos un poco más y el recepcionista me dijo que me avisaría cuando saliera la señora Kodama , y así podríamos hablar directamente con el señor Borges . Complicidad amable y comprensiva .
Así lo hicimos en varias ocasiones . Le enviamos el traje académico a su medida y dispusimos todo para su venida en cuanto recuperara la salud .
Pero hete aquí que , dolorosamente , se nos murió en el interim . Horroroso para todos , como facilmente se comprende . Interrumpimos el proceso .
Pasado un tiempo razonable , hablamos con Kodama porque ella podía representar a Borges perfectamente durante la ceremonia .
El protocolo exigía un discurso por su parte , lo que aceptó encantada , aunque unas semanas después me preguntó si serviría igual un cuento redactado por ella , para sustituir el académico discurso .
Lo acepté encantado por la originalidad del acto . Quedamos en ello , a la espera de que fijara la fecha de su venida .
Pues bien , todavía estoy esperando su respuesta , la fecha y el cuento . Veinte años después , casi como el conde de Montecristo , continuamos a la amable espera.
Las viudas de los famosos suelen ser así . No se me ocurre ulterior comentario .
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