Me lo decías , Carmen , con frecuencia : "Nunca estaremos bastante agradecidos a estas dos personas , por su generosidad , compromiso y amistad generosamente otorgada" . Tienes toda la razón .
Lo cierto es que odría contar decenas de anécdotas ocurridas en aqullos días gloriosos del doctorado . Me limitaré a dos o tres notorias y muy humanas .
Empecemos por el pán de Perú .
Una buena mañana se presentó en el hotel un nutrido grupo de peruenos portando dos paquetes para regalo . Uno llevaba una gran hogaza de pan hecho según sus fórmulas . El otro , varios recuerdos de la tierra .
Vargas Llosa los recibió amable y emocionado , departieron un tiempo y los dejé para una merienda de amigos . Encantador .
Una madre con su hija de doez años vino a mi despacho , porque la niña traía "Fonchito y la luna" , para que se lo dedica y hacerse una foto con él .
Así lo hicimos y todo resultó muy emocionante , la niña y la madre llorando de agradecimiento .
Otra tarde , estábamos toda la tribu Vargas que vino para la investidura . Más de veinte entre hombres y mujeres con entrañable mixtura peruanoespañola .
Charlábamos relajados cuando apareció una periodista amiga . Un pequeño reportaje , fotos para su periódico y dispuesta para la habitual entrevista .
Mario lo resolvió mejor : "Señorita , sientese con nosotros , toma café y va organizando según lo que aquí hablemos".
Una mañana paseábamos los dos cerca de la catedral . Un mendigo nos miró sorprendido , se acercó pidiendo perdón y , en breve aparte , me preguntó "¿Este señor es quien yo creo que es , le puedo dar un abrazo?". Se lo dió y le dedicó el libro que yo llevaba en la mano . Emoción indescriptible .
El señor Vargas Llosa es así , gran escritor y muy cercano con todo tipo de personas . Que la buena literatura dá para mucho .
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