! Y ENTONCES VINO DONOSO EL NARRADOR !
Fué la primera vez que apareció por estas nuestras tierras , y no sería la última , porque ya con él sucedió lo que habría de acontecer con todos los que tras él fueron llegando , tal era el recibimiento que les hacíamos , tal el entusiasmo con el que se producían sus visitas .
Pero veamos que sucedió en el interim con Juan Carlos Onetti , primer invitado como ya sabéis por el capítulo anterior , ya con todo preparado y a punto .
Nueva conversación con la esposa del escritor . "Está enfermo y en cama , profesor , aplacemos unos días el viaje" . Y vinieron nuevas conversaciones y expectativas nuevas , hasta que la elegante y amable señora vino a explicarme la dolencia permanente , que hacía imposible por el momento la visita . Discreción ahora por mi parte .
Cambiamos el rumbo y , por varias razones favorables , decidí llamar a José Donoso , a la sazón residente en Calaceite junto aa otro gran amigo suyo y , con el tiempo , nuestro como se verá , Mauricio Wasquez .
Hablé con él , en este caso sí directamente . Conversación amable , agradecimiento previo por ambas partes , y fijación de fecha . Todo resuelto . El equipo me preguntó varias veces : "Pero está usted seguro ?". Pues que el gato escaldado del agua fría huye .
Y vino con todas las de la ley . Primera impresión , su estatura , sorprendente y agradable pues era muy alto , si que un tanto desgarbado al andar . El equipo decidió por loteria , siempre fué así , qué pareja sería la encargada de recogerlo en el aeropuerto y acompañarlo el resto de su estancia .
Aquello fué un absoluto festival , por lo novedoso y por lo interesante . El escritor no paró un momento , asediado por gentes de toda laya y condición .
Para empezar , una multidudinaria rueda de prensa en el hemiciclo de la Facultad de Letras , preguntas y más preguntas , respuestas y más respuestas , con la voz pausada y convencida del autor de "El obsceno pájaro de la noche" , título que , aún no leído el libro , despertaba todo tipo de interés , incluída una cierta dosis de morbo . Dos horas largas dieron para mucho , como reflejaron todos los medios de comunicación .
A la tarde , conferencia-coloquio en el Paraninfo a rebosar , despliegue dialéctico y muchas historias que rebasaron el puro interés literario . Cuando contó su experiencia vital en el Cono Sur , cuidando una tropilla de caballos mientras escribía , el silencio se podía cortar y el aplauso final sonó atronador . Vuelvo a decir que nuestras gentes no estaban acostumradas a semejantes presencias de los escritores .
A la noche , cena con el equipo para que todos los colaboradores pudieran disfrutar de su talante y sus palabras , iniciando una costumbre que se convirtió en hábito cara al futuro .
Terminada la cena , el escritor me pidió permiso , así de educados los hispanoamericanos . Un grupo de pintores y escritores jóvenes querían verlo , de modo que lo acompañé a la terraza de una conocida cafetería , presenté a la numerosa y bulliciosa concurrencia , y unos minutos después los dejé en libertad . Según el recepcionista del hotel , se retiró pasadas las cuatro de la madrugada , todos alegres en la despedida .
Al día siguiente , turismo con la pareja de acompañantes a quienes invitó a comer . Le dijeron que todos los gastos estaban cubiertos por la organización , y aún así se empeñó en invitarlos .
Por la noche , la gran despedida en La Granja , sorprendente cafetería regentada por un ex sacerdote . Ubicada en plena huerta y rodeada de toda clase de árboles frutales , nada extraño en esta tierra mediterránea . Lo extraño viene dado por la decoración interna y externa . Entrando a la derecha , una notable vitrina con elementos religiosos : cálices , patenas , cruces , manípulos y hasta una casulla . En el amplio salón , varias mesas-camilla con su vestimenta en todo tiempo , amén de varias hornacinas con los más diversos objetos . Y un espléndido gato de angora paseándose majestuoso entre los asistentes , con la advertencia de que no se le debía molestar lo más mínimo so pena inmediata de expulsión del visitante .
No terminaba ahí la fauna . En un cubil exterior , una joven leona que rugía bronca y amenazante . Y en las tapias del patio , dos formidables pavos reales . Ante la puerta principal , una gran fogata permanentemente encendida . Y justo a su alrededor nos colocamos aquella noche , el equipo , algunos amigos cercanos y el escritor .
Describir lo que sucedió me ocuparía cinco extensos capítulos , excitad vuestra imaginación . Tan sólo destaco las numerosas y atractivas historietas que Donoso contó , sin tiento ni medida pues que muy a gusto se encontraba .
Y la del alba sería cuando ya un poco cansados , se produjo un silencio cómplice para la retirada a nuestros aposentos personales .
Pero ese silencio humano fué aprovechado por la fauna residente . La leona lanzó dos o tres rugidos vibrantes y estremecedores . Y los pavos reales nos ragalaron su grave glo-glo gutural y oscuro . Momento que el escritor aprovechó para decir : " ! Ah , escuchemos con atención el glorioso canto erótico de los reales pavos en el Olimpo !" .
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