Carmen , esta mañana me he levantado con notable cansancio físico , fruto de estos días de puente vacacional con toda la familia en agradable danza , tal que ayer te decía . Cansado , pero contento .
Desayuno ligero , ahora mismo estoy en el jardín , pues tenemos un tiempo estupendo , casi primaveral . Observo que va siendo hora de que los jardineros lo arreglen , incluyendo la poda de las tres frondosas moreras que hiciste plantar a modo de cenador para el estío .
En la mesa pequeña de los niños todavía está rozagante la orquídea roja y blanca que te regalé hace tiempo , el día de tu cumpleaños . En un momento dado se le cayeron las flores , pero regándola con insistencia ,
le brotaron con más pujanza si cabe . Igual que el regato de margaritas amarillas , que en este tiempo florece con mayor esplendor que el resto del año .
Dentro de un rato iré al cementerio , para conversación habitual . Te digo que , poco a poco , voy recuperando la calma y te veo con mucha más serenidad y aplomo . Sé que estás donde te mereces , pues que fuiste acumulando méritos y valores sobreabundantes a lo largo de tu hermosa vida .
Recuerda . Aparco el coche justo a la puerta del panteón . Abro con parsimonia , recojo las flores mustias y coloco las nuevas . Me retiro un poco y rezo por los tres que allí esperáis . Por cierto , hace unos días mi padre habría cumplido 111 años y mi madre 105 . !Oh tempora , oh mores!
Luego cerraré con calma , mucho más sereno que a la llegada y regresaré a casa . En esta ocasión comeré sólo y reconfortado , pues los demás están en el trabajo y los niños en elcolegio .
Visitarte , hablar contigo y con mis padres , rezar convencido , todo eso me insufla valor y ganas de vivir .
Siempre me dices que aún me necesitan por aquí .
Pendiente de todos tú . Eres grande , Carmen .
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