Ahora que celebramos los cuarenta años de la Constitución y todo son parabienes , palabras dulces y recuerdos amables , amén de salvadores , me vienen al recuerdo algunos episodios reveladores .
De entrada , debo decir que por entonces yo tenía cuarenta años , había vivido niñez y juventud en los aos oscuros y me sentía joven y total y racionalmenet esperanzado . Salíamos del infierno y entrábamos en el paraíso .
Ahora tengo ochenta años y la mente relativamente lúcida , para comprender que algo debió fallar en el intento , pues tenemos el país que tenemos , aunque los instalados (tanto la presunta izquierda cuanto la convencida derecha) no quieran verlo , porque les va muy bien en el machito , como suele decirme mi amigo el talabartero : unos se hacen más ricos sin escrúpulos , y los otros reciben buena soldada del erario público : la élite contenta , el pueblo trabajador a sufrir como de costumbre .
Las dos Españas de las que hablaba Machado , siempre helando el corazón de los de siempre , los menesterosos de la fortuna y de la codicia de unos pocos , también los de siempre más unos cuantos arribistas que se van instalando con promesas y violencia convocadas . !Qué país , Miquelarena! , como decía el clásico .
Pues bien , por aquellos tiempos de rabia contenida y esperanza a borbotones , mi otra tierra no sólo nos ofrecía paisajes amables para veranos relajados , amistosos y divertidos .
Todo se abría pues que casi todo estaba por hacer , modernizar y asentar . Y resulta que una buenísima amiga , maestra por más señas , fué elegida alcaldesa de la pequeña población . El día conocido se reconoció el partido comunista y sus militantes lo celebraron plantando la bandera roja en el monte , justo el día de Santiago , fecha de reunión de cuadrillas en la zona de Castroviejo.
Y allí se montó un enfrentamiento fuerte , porque la mayoría del pueblo , sorprendentemente , venía siendo conservador . Fué una pequeña bengala de aviso .
Suce que el pueblo vivía de los montes comunales , administrados por el estado . Ofrezco un dato comparativo : un maestro ganaba unas diez mil pesetas al año ; la ración de pinos familiar llegaba a las ochenta mil . Consecuencia , casi nadie trabajaba pues vívían opiparamente , gratis et amore .
Y llegó el verano de la Constitución . Discusiones infernales en el ayuntamiento , acusando de todo a la alcaldesa , feroces intervenciones provenientes de los más incultos y convencidos de su sabiduría . Algo tremendo .
Todo a propósito de como cortar los pinos del monte comunal , a matarrasa (todos los pinos de un rodal) o entresaca (seleccionando los aptos del rodal y dejando los demás para mejor ocasión .
Cómo se encenderían los ánimos , que el pueblo tuvo que ser tomado por la guardia civil . A un lado , los partidarios de matarrasa ; a otro , los de entresaca . Todos con las sierras eléctricas en las manos , dispuestos a cortar pinos ... y cabezas si fuere necesario .
Al final , todo quedó larvado y en las manos de los ingenieros de montes , presentes y estoicos aguantadores de los peores insultos .
Presentes tú y yo en la junta , te asustaste de verdad , Carmen , por el riesgo que estaba corriendo la alcaldesa inteligente y tenaz , la gran amiga .
Nos fuimos bien avanzada la noche , después de un café de relajación con ella y su esposo , también maestro excelente .
Mientras caminamos por las silenciosas calles , te recordé a Machado : "Españolito que vienes al mundo , / te guarde Dios , una de las dos Españas / ha de helarte el corazón" .
Eppur si muove .....
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