sábado, 15 de octubre de 2022

VIDA BREVE DE UN PROFESOR ( 155 )

 CUANDO  LA  JUVENTUD  IMPERA




     Declaro que no tuve adolescencia ,  al menos como ahora es considerada esa etapa tumultuaria de la edad .  Entre los catorce y los dieciocho años estuve lejos de mis padres y hermanos ,  entre colegio y familiares cercanos .  Ni una protesta ,  ni una queja ,  nada que pudiera evidenciar que  "ya"  era adolescente .

     Considero que la juventud psicosomática no va más allá de los veinticinco años ,  pese a los modernos psicologismos que consideran joven a quienes ya vencieron el medio siglo sin remisión .  Otra cosa es el espíritu joven que ,  dependiendo del cerebro ,  puede extenderse hasta la entrada vejez .

     Cuando joven descubrí el mundo en su amplia y compleja diversidad .  Me impresionó mucho y quise cambiarlo ,  aquí y ahora ,  como corresponde a esa edad ,  pero egresado de la universidad ,  comprendí que todo cambio empezaba por el propio personal ,  salvo pecado de lesa humanidad ,  y que la solidaridad humana colectiva siempre depende de un bien organizado cerebro ,  no de las emociones coyunturales o los gritos destemplados de toda revolución .  Revolución y cambio humano perfectivo no maridan a la manera de los latinos ,  que dieron en decir con precisión revolucionaria :  "Homo sum ,  humani nihil a me alienum puto" .  Solo que ,  después de varios milenios precipitados ,  el tal adagio continúa sin ser entendido con rofundidad .

     En caso contrario  ¿cómo es posible explicar que sigan muriendo de hambre miles de niños ,  mientras enviamos artefactos a otros planetas ? .   Se trata de la inveterada trampa saducea :  cuanto más lejos llegue el hombre , mejor para la humanidad .  Eso no se lo creen ni los que inventaron la idea ,  que siguen siendo fariseos y filisteos aún sin saberlo .  Por eso es tan importante la tarea de un maestro de niños ,  generalmente infravalorada ,  y mucho menos la de un catedrático de universidad ,  en general sobrevalorada sin razón profuda que lo justifique .

     Pues bien ,  mi etapa juvenil abarca el bachillerato y la carrera universitaria que ,  por razones que ahora no vienen al caso ,  terminé justo a los veinticinco años .

     Hubo de todo ,  como era de esperar ,  aunque pararé mientes en dos o tres capítulos decisivos :  estudio ,  mundo de la mujer ,  labor social-cultural ,  y preparación de mi futuro profesional ,  por ejemplo .

      El estudio vino a ocupar casi todo mi tiempo , sabía que ahí estaba mi auténtica liberación tanto tiempo en expectativa .  Bachiller brillante ,  carrera por el estilo  y preparación batante completa para lo que habría de venir .

      Tampoco le iba a la zaga el mundo de la mujer ,  jóvenes y no tanto ,  una hermosa gavilla de mujeres no siempre intelectuales ,  pero todas valiosas y encajables en mi abierta vida en plenitud de pensamiento y emociones ,  capítulo imprescindible para un euilibrado desarrollo integral a tono con la naraleza iluminada y profunda .

     Y labor social por imperativos humanos ,  educativos y de solidaridad para compartir lo mucho recibido .  Aquí recuerdo dos actuaciones .  Por una parte ,  las tardes con los franciscanos en las que predominaba el trabajo intelectual .  Por otra ,  el empecinado trabajo como ayudante de albañil con unos hombres que se autuedificaban modestas casas para la supervivencia .

     Y al cabo ,  mi preparación profesional en el mundo de la enseñanza vocacional heredada ,  de la educación como gran plataforma del desarrollo humano .  Ya era Maestro Nacional por oposición .  Habrían de venir otras oposiciones ,  casi único camino seguro en nuestro país por aquellos años ,  sin protestas tontas ni vagabundas reivindicaciones desorientadas .

      Así culminó su juventud espléndida un hombre ,  que venía de la postguerra ominosa y limitadora ,  pero abierto a las inmensas posibilidades en potencia ,  que la vida generosa sin duda le iría ofreciendo ,  no tanto por merecimientos propios ,  cuanto por una tierra y un mundo a la espera de buenos sembradores ,  viñadores y segadores dedicados a la tarea ,  valga la evangélica metáfora .


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