LOS CEMENTERIOS , LA VIDA TRANSCENDENTE
Ayer escribí sobre los monasterios , hoy lo hago a propósito de los cementerios , que tan mala prensa suelen tener al considerarlos lugares lugares tristes y patéticos . Y nada más lejos de la realidad que nos circunda . Todo depende de la opinión que tengamos sobre la muerte .
Cuando alguien de nuestro entorno muere se producen dos situaciones polares en exceso extremadas : un festival de celebración y comida , un recogimiento desconsolado para llorar . In medio virtus , como decía el filósofo .
La cultura judeocristiana , durante siglos y de manera popular , ha presentado los cementerios como algo tremendo y digno de ser visitados en contadas ocasiones para llevar flores a los difuntos y elevar una oración . Nada más lejos de la realidad bien mirada .
Veamos . Se nos ha dado la tierra para vivir la primera etapa , olvidando que aguarda la segunda vida eterna , de manera que la estancia en los cementerios significan un eslabón de enlace , donde reposan los restos físicamente perecederos a la espera de la resurrección gloriosa . Hablo para cristianos naturalmente , aunque todas las religiones tienen fórmulas particulares para semejente trance .
Nunca me parecieron mal los cementerios , ni eludí mi presencia en ellos . Antes al contrario , me ha gustado y gusta visitarlos . Por ejemplo , en el cementerio de Nuestro Padre Jesús están enterrados mis padres y mi esposa . Ya no puedo verlos y hablarles en casa , pasear con ellos por un parque , tomar un café sentados en una terraza .
Cierto , pero no definitivo por acabamiento sin esperanza ni remisión . Pero puedo acercarme al pequeño panteón donde reposan juntos .
Ahora vengo de allí . Le he llevado las flores habituales y que yo sé que les gustan , no en vano vivimos tantos años juntos . he limpiado un poco el entorno . He elevado las correspondientes horaciones por sus almas . Después me he sentado frente a las lápidas y he tenido una larga conversación , como cuando estaban vivos entre nosotros .
Imagidad cómo me conocían y cómo los conocía , por eso no ha sido un monólogo solipsista . Yo les cuento lo que me acontece a diario . Ellos me responden , porque sé las respuestas tantan veces escuchadas a lo largo de toda una vida .
Aquí no hay parapsicología ni otras monsergas por el estilo . Aquí hay vida palpitante , como cuando estaban en la tierra . Una marchó cuando yo tenía treinta y cinco años recién cumplidos . El otro , cuando yo tenía cincuenta de madurez bien lograda . La última , cuando yo tenía ochenta , a las puertas también de la transición . Toda una gama de sensaciones , emociones y experiencias que nunca terminan y siempre permanecen .
Si así lo deseamos , nuestros muertos nos acompañan tal que cuando estaban vivos entre nosotros . Y el tratamiento debiera ser el mismo . Yo así lo hago y lo vivo . Deseo que también vosotros lo hagáis , si así os place .
No hay comentarios:
Publicar un comentario