YO , LOCUTOR DE RADIO
Por entonces así se decía , a los que profesionalmente hablaban por la radio se les llamaba locutores . Y por extensión , a cuantos ejercían tal menester en determinadas ocasiones .
Era muy joven por aquellas calendas , trabaja como adjunto en la universidad y hacía oposiciones , como todos a la sazón , para quedarme fijo en las aulas , iempre que los honrados tribunales así lo decidieran , aabsolutos en su pírrico poder , sin posibilidad de contradecir sus decisiones ante ningún tribunal , ni legal , ni profesional ni de honor .
Así era la cosa . O aceptabas el juego y us reglas o te retirabas de la competición . Había leído ya el Quijote varias veces , con sus infinitas lecciones de vida bien apendidas y asimiladas . Recordé a propósito la aventura de los leones . "Leoncitos a mí y a estas horas" . Pues eso me dije , "Tribunales a mí y a estas horas".
Me presté al juego con todas sus consecuencias , y ejercí de fariseo coyuntural , con todas las reservas mentales del caso , pues que ya llegarían los tiempos en que libremente se pudiera hablar , cuando la libertad de cátedra !por fín! no fuera una trampa saducea para incautos y desubicados .
Así que viajé a Madrid para concursar . Sabía que la plaza estaba dada de antemano , pero no me importaba . Como dijo un miembro del tribunal : "Todavía eres muy joven , ya llegará tu tiempo" . Y otro , más poético , añadió comprensivo : "Hay que venir y ponerse de largo , hacer méritos esperando la fiesta definitiva" .
Fuí , me puse de largo , recibí los parabienes del tribunal en pleno . Y llegamos a la última votación del sexto y último ejercicio de la oposición . Puestos en pié , los miembros del tribunal concedieron tres votos al otro candidato y dos a mí . No había lugar a dudas , el ritual se cumplió como mandaban los cánones de la época . Abrazos y felicitaciones , emplazamientos y despedidas . Según ellos , mi compañero había ganado la plaza , yo había ganado una batalla importante .
Y no me dolió . Antes al contrario , de aquella experiencia obtuve ópimos beneficios , que redundaron en mi madurez y comprensión del mundo que me había tocado vivir .
Uno , la amistad con el ganador , que poca culpa tenía bien mirado . A él le ofrecieron la oportunidad de su vida , y aceptó el dictamen final que le favorecía , no se hable más de este asunto . Repito que de allí salimos amigos , hasta el punto en que , pasado algún tiempo , él quiso y pidió ser presidente del tribunal que habría de juzgarme con todos los predicamentos favorables . Todo se resolvió a pedir de boca . Y ya colegas en igualdad de circunstancias , continuamos siendo amigos muchos años .
Otro , la intensidad , tono y timbre de mi propia voz bien educada , en la frontera de tenor y barítono , según otro miembro del tribunal , don Joaquín de Entrambasaguas , catedrático en la Complutense , que previamente había pasado por el instituto Alfonso X de Murcia .
Pues bien , terminada la oposición el profesor Emtrambasaguas me cogió aparte . "Mira , joven profesor brillante , yo trabajo para Hispanoamérica en cosas de la radio . Me ha impresionado tu voz y lo bien que la manejas y modulas . Te ofrezco hacer unas grabaciones para esos programas " .
Le dije que sí porque siempre aprovechaba cualquier oferta digna que se me ofreciera . Y llegué a grabar hasta veinte programas satisfactorios , incluso me los pagaron bien . Que de todo ha de haber en la viña del Señor .
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