UN CURSO DE LIBROS PARA GENTE MAYOR
Ayer escribía sobre un curso universitario para mujerea amas de casa con inquietudes de lectora , con el ánimo decidido de leer más y mejor . Hoy lo hago a propósito de otro grupo humano que siempre atrajo mi atención : personas heterogénas , con diversos grados de cultura , si que bien preocupados por incrementar sus campos intelectuales , morales y estéticos en esta sociedad que nos toca vivir , donde los cotos socioculturales suelen estar bastante cerrados .
Sucedió una tarde de otoño ya iniciado el nuevo curso escolar . De regreso a casa , me saludan dos personas desconocidas en principio , se paran delente de mí y me preguntan si podemos hablar unos minutos .
Y hablamos más de unos minutos . "Mire usted , profesor , mi hijo aquí presente fué alumno suyo en la universidad ¿usted lo recuerda? Yo no tuve la suerte de estudiar , pero me gusta leer , mi hijo me recomienda libros , incluso me he leído casi todos los que usted les recomendaba en clase , pero añoro la posibilidad de sentarme en un pupitre y recibir clases de buenos profesores . Yo sé que no es posible , pero me gustaría" .
Vayamos por partes . Primero , recuerdo muy bien a su hijo , alumno brillante y bien educado en los predios familiares , de donde arranca todo . Yo llevo en el recuerdo a todos y cada uno de los buenos alumnos , que me brindaron mañanas y tardes memorables en las aulas .
Segundo , cuandome lanzan un estímulo (reto dirían los ultramodernos de estos tiempos un tanto desnortados) no puedo ni quiero evitarlo , me sucede como al pez ante un anzuelo atractivo , caigo en la tentación de picar .
Tercero , le dije al padre del alumno : "No se preocupe demasiado , si usted añora y es consecuente , quizá pueda tener la oportunidad de sentarse en un pupitre universitario , tomar apuntes , sentirse a gusto y aprender algunas cosas interesantes . En este punto no importa la edad , basta con desear y aprovechar la ocasión si se presenta . Se la voy a ofrecer " .
Por aquellas calendas yo andaba excogitando una de las muchas ideas que la enseñanza-educación ofrece a los profesores con auténtica vocación : ofrecer , gratis et amore , un curso semanal por las tardes , una vez a la semana , sin otra condición previa que el gusto por la lectura y el ansia de saber un poco más de lo ya aprendido sean cuales fueren sus circunstancias .
Y pergeñé el curso . Y lo llevamos a cabo bastantes años a plena satisfacción de ambas partes . Siempre en plural , pues que la enseñanza solamente puede concebirse así , en plural , salvo error manifiesto , casi pecado de lesa educación , puesto que los solipsismos , vengan de donde vinieren , suelen limitar las posibilidades de los profesores que así actúan , dicho con suavidad comprensiva .
Y desde la primera clase de los jueves , el padre de mi alumno se sentaba en la primera fila , cuaderno y libro de turno en ristre , así como bolígrafo incansable . Tenía dos años más que yo , y eso nos congratulaba sobremanera . A clase asistían más de treinta , casi todos hombres por obvias razones sociales y laborales . Situación que sorprendía mucho a la media docena de jóvenes estudiantes que asistían voluntariosos .
Y leimos media docena de libros cada curso . Y los comentábamos . Y ellos participaban con sugerencias no siempre acertadas , pero siempre aceptables y susceptibles de ser matizadas y complementadas por mí , que para eso estaba .
Reconozco que , durante las primeras semanas , me costó trabajo lograr que ellos hablaran . Natural . Como dijo uno al principio : "Las cosas que pudiéramos decir , usted se reiría de ellas , por tontas e inoportunas , cómo nos vamos a atrever " . Pero claro que se atrevieron , vaya sí , cuando advirtieron y asimilaron que la enseñanza siempre se apoya y sustenta en el diálogo que Sócrates inventara para la humanidad .
Y ffueron cinco años , cinco cursos extraordinarios . Algunas cosas les enseñé , bastantes cosas aprendí yo de ellos , esas que no suelen estar en los libros al uso , que van tejiendo la vida diaria enriqueciéndola .
Me manifestaron , y aún lo hacen algunos de ellos , un agradecimiento quizá exagerado . Baste decir que algunos repitieron el mismo curso hasta en tres ocasiones , pese a que les decía de su seguro aburrimiento por escuchar las mismas cosas del año anterior . No cejaron . Lo expresó bien el suscitador inicial : "Con usted siempre aparecen cosa nuevas interesantes" .
Como colofón , las interesantes conversaciones en el pasillo al finalizar las clases , todo un venero de ideas y emociones gratificantes en grado sumo .
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