LAS NOCHES DE LAS CARMELITAS
Otra experiencia estupenda , de gran impacto y recuerdo memorable por el ambiente vivido y las manifestaciones personales que se fueron sucediendo .
Principio de los años setenta , todavía en plena dictadura aunque bastante sobajada por obvias razones de tiempo y lugar .
Colegio Mayor Femenino , Las Carmelitas para los amigos y conocedores , ubicado en el viejo caserón frente al bar La Cosechera . Dos monjas entrañables con el mismo nombre , la Hermana Teresa y la Madre Teresa . Directora del colegio la segunda , excelente . Magnífica portera la otra , auténtica madraza de sonrisa permanente . Para los jóvenes de ahora , la distinción Madre y Hermana venía por el diferente status , graduación y votos dentro de la Orden .
Allí residía una legión de estudiantes universitarias , lo que propiciaba la visita diaria y múltiple de universitarios estudiantes , y algunos profesores jóvenes , a la hora de la comida y la cena . Conversaciones y despedidas en la puerta y en al amplio zaguán hasta la escalera de subida .
Ëste era el dominio de la Hermana Teresa , siempre amable y acogedora , cómplice de ellas y ellos , simpática y recogida tras su pequeñña ventanilla fronteriza . Las conocía a todas con sus circunstancias , nos conocía a todos los visitantes , con los que compartía su pequeño y entrañable mundo bien construído .
La Madre Teresa era una vasca culta , buena directora , cercana y en distancia según procediera y propiciaran las circunstancias . Había estudiado Ciencias y se le notaba . Buena gobernanta , bien organizada , consciente de la difícil y buena labor que podía llevar a cabo . Lo hacía bien y de casi todo se preocupaba .
Luego estaba la Madre Prefecta , organización interna en labor conjunta . Alta , serena , bien hablada , observadora profunda , buena conocedora del mundo joven .
Pues bien , una buena tarde me llamaron a capítulo las dos , para una proposición que podría llevarse a cabo por la noche , después de cenar , oportunidad para ocupar un tiempo previo a la dormición .
Impartir un curso de libros no solo para las chicas de letras , sino para todo el colegio . Me gustó la idea y lo llevamos a cabo durante una larga temporada . Yo seleccioné unapequeña biblioteca , ellas sugerían títulos , leíamos , conversabamos , llegábamos s determinadas conclusiones , a veces con valor general , en ocasiones más personales e intransferibles . Daba igual , lo importante era leer para trabajar ideas y emociones que pudieren complementar , incluso transfrmar la vida y su entorno .
Resultó buena experiencia , compensadora y estimulante , bajo el principio socrático que me acompañó siempre : se puede y se debe enseñar en todo momento propicio , no importa el lugar ni otras circunstancias adventicias .
Un colegio mayor es un buen lugar . Unas alumnas dispuestas a leer es una buena riqueza humana . Unas horas nocturnas es un buen tiempo . Y una buena antesala para el sueño reparador .
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