DOS DEPARTAMENTOS Y UNA DIRECCIÓN
Como ayer os anticipaba , cuestión enrevesada y peliaguda , casi como de un nudo Gordiano se tratara . Y no era cuestión de darle un tajo para resolverlo .
Veamos . Durante muchos años , en la universidad solo había un catedrátic por asignatura y muchos profesores adjuntos con diverso grado y actuación . En mi Facultad de Letras el Catedrático de Literatur Española se llamaba Mariano Baquero Goyanes , mi maestro con el trabajé veinticinco años , hasta su prematura muerte .
En el interim se crearon los Departamentos , que poco han contribuído a la mejora universitaria : antes al contrario , trajeron minifundios de taifas y descenso de los niveles educativos , entre otras nimiedades .
Pues bien , se creó el Departamento de Literatura Española , Baquero como Director y yo como adjunto para todo . Hasta que potenciamos la Literatura Hispanoamericana gracias a mis propuestas y al respaldo sin fisuras del profesor Baquero , de manera que logramos crear el Departamento de Literatura Hispanoamericana sin existir Cátedra previa . Me nombraron director por razones obvias , y así estuvimos algún tiempo hasta que logramos crear la correspondiente Cátedra .
Aprobé la oposición y durante los últimos años , catedráaticos ambos , él dirigía el Departamento de Española y yo el de Hispanoamericana .
En esto que murió el maestro . Por razones sentimentales yo quería cerrar la trayectoria que comenzó el profesor Baquero . Y así cerré una etapa , para regresar de nuevo a dirigir el Departamento de Hispanoamericana hasta mi jubilación .
Fueron , pues , los dos únicos cargos que ostenté con las correspondientes implicaciones políticas no deseadas . Lo he tenido claro desde siempre : tengo buenas dotes para dirigir equipos , pero no para ostentar cargos políticos al uso y costumbres de esta tierra .
En ese tiempo hubo varios intentos de organizar equipos directivos para la Faculltad y la Universidad . Hasta en tres ocasiones me llamaron para participar : vicedecano , decano y rector .
Reuniones múltiples , conversaciones inacabables , arribismos de todo tipo , pequeñas o grandes ambiciones personales . Todo me parecía bien , pero siempre también todo terminaba igual : mi renuncia previa por razones de caracter y organización . Y en cada ocasión , con afabilidad y buenas palabras , así lo hice saber al que o a los que me ofrecían pretendiendo incorporarme al maremagnum de la lucha , muchas veces intestina , por el cargo . Al cabo y según mis ideas y explicaciones , ellos también acabaron convencidos de la inoportunidad de mi presencia en tales equipos de dirección .
Mi actitud viene avalada por dos razones fuldamentalmente . Primero , por la exquisita y recta educación familiar recibida en casa . En mi familia hubo dos o tres casos de perturbación vital por la política . Y ya se sabe que el gato escaldado del agua fría huye . En tal sentido , mi madre me insistía una y otra vez para que no cayera en las redes de la política ejercida .
Segundo , por mi propio caracter , fuerte donde los haya , ejecutivo directo y nada complaciente con actitudes extrañas , renuentes o francamente negativas para el bien de la comunidad , que debe ser la actitud fundamental del trabajo político .
Por otra parte y a manera de colofón , los políticos solo tienen tiempo para la actividad política . Y mi ordenamiento humano siempre tuvo tres prioridades : familia , profesión y todo lo demás , por ese orden .
Que la vocación es un conjunto de valores intelectuales , morales y prácticas que hacen a una persona idónea para una tarea . Todo lo demás , verdura de las eras .