OCTAVIO PAZ , EL PRIMER GRANDE QUE AQUÍ VINO
Con todos los predicamentos favorables para nosotros y a su satisfacción , según nos manifestó el escritor mexicano en varias ocasiones . No pudo ser mejor .
Vayamos por partes y desde el principio , porque la historia no tiene desperdicios y merece ser contada con detalle y observación .
Para empezar , casi nadie de nuestro entorno confiaba en su venida , ya os lo he contado . Pero todos los malos augurios fallaron estrepitosamente .
Llegaron en avión , él y Maria José (Meriyó) y los recogieron los dos colabordores con encargo de llevarlos al hotel , mientras nosotros realizábamos un multitudinaria mesa redonda en su honor .
Pero mi sorpresa fué cuando los ví aparecer por la puerta del fondo , a media luz , tímidos y en exceso respetuosos , para sentarse al final entre el público . ¿ Y decían que era soberbio y pratriarcal ?
De inmediato mandé iluminar el aula y lo invité a subir al estrado , a lo que se negaba por no interrumpir . Finalmente accedió y un atronador aplauso inundó la sala con gritos y vítores de salutación del optimista rubeniano .
Primera fiesta de interminable coloquio esperando escuchar sus siempre sabias palabras .
Fiesta que se repetiría al día siguiente en el Paraninfo de la universidad , con un conmovedor recital comentado de sus propios versos , siempre de pié y paseando por el estradocon el libro en la mano , improvisando comentarios sobre sus poemas . Lo grabamos todo , ciertamente .
La cena con el equipo resultó memorable , pues en la distancia corta todavía era mucho más cercano y emotivo , de modo que los jóvenes colaboradores lo exprimieron a conciencia : fotos , palabras , libros dedicados ... en fín , todo lo mucho y bueno que aportaba .
Vinieron para dos días y se quedaron cinco . "Esto no trastonará tus planes económicos , porque yo puedo pagar los tres días suplementarios " . Así era él y así se mstro en todo momento con nosotros , que amor con amor se paga , y allí había mucho amor de todos los calibres .
Su permanencia fué porque celebrbamos un ciclo sobre su obra y deseaba asistir y escuchar todas las ponencias , como así sucedió para muy agradable sorpresa de todos .
Por imposible , renuncio a la crónica de sus salidas por calles y plazas , rodeado siempre por los jóvenes en celebración constante .
En este sentido , citaré solo el afé nocturno en la plaza Romea . Tiempo primaveral en Murcia , cena frugal y María José le sugiere a Carmen tomar un café en tranquila terraza . Fuimos cinco personas en aparente anonimato , vino la camarera y sirvió los cafés . Y yo observaba que llegaba alguien y preguntaba , de modo que se sentaban alrededor . Al final , casi cien personas en torno al gran poeta , silenciosos , escuchando con devoción .
Otro día , Carmen y María José viajaron a Lorca , por aquello de los bordados y otras apetencias . Regresaron exultantes y cargadas de bolsas , la otra cara de la moneda humana .
Finalizado lo académico , me dijo que deseaba visitar el santuario de la Fuensanta , así que dedicamos una jornada "campestre y religiosa" , como entonces se decía . Pasaban las horas como por ensalmo y tuve que anular la comida en el hotel , porque pidió comer un pequeño restaurante del Valle . Y aquí tenéis dos fotos que lo confirman , ya sin corbata , triscando por los montes y degustando los productos de la tierra .
Y para no ser prolijos , mañana la segunda parte , please .
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