EL VUELO Y LOS ESCRITORES
Ya teníamos la casa , ya estábamos instalados los acogedores caseros , ahora faltaban los magnícos inquilinos que , de manera más o menos coyuntural pero sin solución de continuidad , deberían ir viniendo para habitarla de la manera más armoniosa y fecunda .
Eran los escritores . Sin ellos , poco se podría estudiar en las Facultades de Filología y Literatura . Disponíamos de todos sus libros posibles , pero era importante conocer personalmente a los autores vivos . Lo repito una vez más convencido , !qué no habría dado yo por conocer , pasear y conversar con los Virgilio , los Shakespeare o los Cervantes ! Pues bien , sus equivalentes vivos circulaban a nuestro alrededor , la mayoría disponibles y receptivos a nuestra invitación .
Así lo hicimos durante más de treinta felices y fecundos años . Porque los de aquel entonces dilatado , tuvimos la fortuna de coincidir con una generación de escritores magníficos y en plena madurez , tanto de aquende cuanto de allende los mares , como gustaba decir Menéndez y Pelayo .
Fenómeno que aprovechamos y gozamos hasta la saciedad en la medida , originariamente bastante menguada , de nuestras posibilidades . Porque hay que ser realistas en todo momento . La universidad ofrecía lo más valioso , un conjuntode profesores y alumnos bien prepados y dispuestos al trabajo , aunque sus disponibilidades económicas eran magras e insuficientes pata todo lo que fuera una conferencia mal pagada a los beneméritos especialistas invitados , los cueles solían actuar más por amistad que por otra razón .
No nos arredró la situación . Reuní al inci piente equipo y les hable con toda claridad rotunda . Primero , si Arquímedes pedía una palanca para mover el mundo , yo pedía un teléfono para lo mismo en nuestro mundo , y como lo tenía en mi despacho , todo era cuestión de que no ardiera por el uso inacabble y continuado . Segundo , contaba con su entusiasmo gratuito sin límites de tiempo y acción . Los recursos económicos , ya veríamos de buscarlos y hallarlos ad hoc . Y así empezamos .
Ya os he dicho lo sucedido con el primer invitado , Juan Carlos Onetti , felizmente sustituído por José Donoso , el autor de "Donde van a morir los elefantes" .
Pergeñé una pequeña lista de inmediatos . Y aparecieron dos ejemplos practicamente polares , que ofrecieron unos inicios prometedores e inmejorables : Mario Satz el argentino , Luis Goytisolo el español y Octavio Paz el mexicano universal .
Mario y Luis acababan de publicar sendos libros importantes y la editorial deseaba una promoción a dúo , por lo que consideré oportuna la ocasión . Yo no conocía personalmente a ninguno , contactamos con la editorial y nos ofreció su venida gratis et amore , por lo que mi natural franciscano aceptó de inmediato , pero no juntos ambos , sino por separado yuxtapuesto , situació favorable para todas las partes .
Luis er de carćter ático , poco hablador y bastante tímido , pese a lo que fuimos desarrollando una buna amistad incluída Carmen , gran lectora pese a sus esudios de ciencias y profesora de Física y Química . Congeniaron bien , al extremo de que él la citó con acierto en una de sus colaboraciones en "El País" . Los caminos de la literatura y las matemáticas son a veces inescrutables y sorprenden con agrado .
Mario era casi lo contrario , abierto , extrovertido y muy amigo de la conversación . Dejó un reguero de simpatía entre nosotros y conquistó varios y buenos amigos por estas tierras hidalgas . Los dos repitieron viaje , conferencias , charlas amistosas y cafés en distintas ocasiones , siempre reconfortantes .
El caso de Octavio Paz es aparte . Varios amigos me avisaron de su elevación olímpica en muchos sentidos , incluídos los crematístico , por lo que veían casi imposible su contratación y venida . Y como jamás me arredré a ningún desafío , con cierto temor pero no de esperanzas falto , una buena mañana cogí el teléfono y lo llam´e .
Todo perfecto . Se puso al aparato una mucamita oferente y amable . "El señor está almorzando , llame en otro momento más tarde " . En ese instante me pareció escuchar unos pasos y una voz masculina de fondo .
Era Octavioue que preguntaba . Me presenté y le dije lo que pretendía . Hablamos largo tiempo , le cité a Ramón Gaya y todo fué sobre ruedas : vendría cuando quisiéramos . Y así sucedió , pero os lo cuento mañana , merece la pena , ya lo veréis .
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