JOSÉ DONOSO EN "LA GRANJA"
Aclaración inicial . La Granja era un incríble lugar de recreo , sobre todo nocturno . Estaba dirigida por un ex sacerdote que no podía (creo que tampoco quería) desprenderse de las denotaciones y connotaciones de su profesión pasada , que imprime carácter .
Una gran casona oportunamente adecuada para lo que se pretendía . Una explanada a la entrada , con fuego natural en el centro , troncos en permanente chisporroteo . Acceso a la vivienda , con una gran vitrina llena de objetos religiosos , cálices incluídos , Al fondo , el espacio con los veladores , manteles de hilo así como un pequeño velón por mesa . Tres gatos de angora circulando a sus anchas , si un cliente los molestaba , de inmediato era despedido el cliente . En el exterior , dos enormes y elegantes pavos reales circulando por las tapias y el jardín . Y para culminar , una pequeña leona con larga cadena emitiendo tremendos rugidos , como correspondía a su edad y naturaleza .
Pues bien , llegó el escritor recibido con palmas . Visita a la universidad , clase magistral a los alumnos para explicar y discutir sus trazas de estilo , así como el proceso de su escritura , especialmente dedicado a los jóvenes estudiantes que pretendían ser escritores .
Por la la noche , reunión con pintores y escultores en El Hemiciclo , cafeteria todo terreno ubicada cerca de la universidad . A hora prudente para mi edad y condición , los dejé "hasta la del alba sería" con toda probabilidad .
El día siguiente lo dejamos libre y tuvo una actividad frenética con jovenes de toda índole , incluída una faraónica rueda de prensa multitudinaria .
Al cabo , fimos a cenar . Y serían las once cuando alguien del equipo sugirió llevarlo La Granja , para que viera algo peculiar y sorprendente . Y allí fué Troya en términos modernos .
Todo empezó con el fuego de la entrada , a cuyo propósito contó una de sus historias , mezcla de realidad y fantasía , a las que tan aficionado era y que tan bien contaba gacias a sus acreditadas dotes histriónicas . La ubicó en la Patagonia , donde pasó una temporada como cuidador de una tropilla de caballos semisalvajes .
Comentarios desternillantes ante los elementos religiosos acumulados . Pasamos al salón para tomar una copa y entonces se produjo el primer encuentro con dueño . Uno de los gatos descansaba encima de la mesa , Donoso quiso alejarlo amablemente cuando el dueño le dijo : "Señor , en esta casa los gatos son más importantes que los clientes , pero les acomadaré una mesa vecina para que lo pasen bien" .
Trajo la carta de bebidas . Donoso la revisó sin prisas . Y al cabo dijo : " Señor , tráigame una Semana Santa , por el color morado creo que me va a gustar " . " Seguro , señor , pero no solamente por el color , el sabor le traerá muchas y buenas sensaciones " .
Bebimos , hablamos , reímos a gusto y finalmente el escritor sugirió salir a porche , le atraía la hoguera y el sonido de los troncos al arder . Así lo hicimos y en esos momentos el ex sacerdote y dueño tuvo la feliz idea de conectar la música de Albinoni , de modo que el ambiente no podía resultar más atractivo y acogedor .
Donoso contaba otra de su imaginativas historias , cuando de pronto se produjo un silencia casi sobrecogedor . ¿ Qué había sucedido ? . Pues que los pavos reales , alzados a lo alto de una tapia y verja de madera , lanzaron al aire su
glo-gló sonoro
y bien temperado , casi como el clave famoso en dúo perfectamente acompasado .
Y en ese justo instante el escritor , interrumpiendo la narración vino a decir : " ¿ Han escuchado ustedes , la conmoción erótica del canto de los pavos reales ? " .
Y allá en lo alto del oscuro y estrellado cielo , las cuatro fases de la blanca luna nueva también acusaron un estremecimiento , respondiendo a la música presque celestial de los reales pavos .j
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