OCTAVIO PAZ , A LA CABEZA DE LOS GRANDES
Nadie lo podría negar , en los pocos sabios frayluisianos que en el mundo moderno han sido , elmexicano formidable Octavio Paz siempre habrá de figurar entre los grandes absolutos . Por su excelsa poesía y por los hondos valores intelectuales que lo caracterizaron .
Lo conocí por teléfono , como a casi tods los buenos que por aquellos años gloriosos nos visitaron para compartir aulas acadmemica , y también mesa y mantel en hermosos yantares y conversaciones inacabables .
Veréis . He repetido hasta la saciedad que mi palanca de Arquímides siempre fué un teléfono fijo , tanto en mi despacho universitario cuanto en cualquier otra oficina que estuviere dispuesta a ofrecérmelo . A tal extremo que una buena colaboradora de muchos años llegó a decirme y publicar : " A usted le dan un teléfono y revoluciona el mundo de la literatura y de la enseñanza " . Tal cual .
Pues bien , levanté el teléfono y llamé a su casa , sin mayores reserva ni molestos intermediarios , aunque no esperaba una respuesta tan inmediata , plausible y satisfactoria . Lo cogió una mucamita muy amable para decirme que el señor estaba almorzand y que llamara al rato . En esto , escuché unos pasos que se acercaban y una voz grave reclamando el aparato , el propio y solícito Paz en persona . Increíble .
Hablamos largo y tendido , surgieron los nombres de Murcia (que no conocía) y Ramón Gaya , que sí conocía como buen amigo y que allá por 1.938 compartieron en Valencia el famoso Congreso de Intelectuales .
Y todo fueron facilidades , vendría a Murcia en primavera sin más averiguaciones , con ocasión de presidir el jurado del premio de poesía "Loewe" . Y así sucedió .
Vino para día y medio y se quedó cinco . Imposible una crónica completa , pero valgan algunas anécdotas aisladas muy reveladoras .
La tarde en que llegaron mandé a los dos colaboradores pertinentes a recogerlos al aeropuerto , mientras nosotros le dedicábamos una sesión a su obra en aula de cultura con más de cuatrocientos asistentes en agradable penumbra . En esto veo que se abre una puerta al fondo y aparece su figura seguido de Marijo y los dos acompañantes , se sentaron entre el público en las últimas filas . lO INVITÉ A SUBIR A LA MESA DE PROFESORES Y SE NEGABA POR NO INTERRUMPIR . Cedió al final y fué magistral su intervención .
Lo llevé a conocer el santuario de La Fuensanta y quedó entusiasmado , le encantaron la pinturs de Pedro Flores y anduvo triscando de piedra en risco como un adolescente .
La cena con el equipo resultó pantagruélica en muchos sentidos , entusiasmó a los jóvenes con su charla de fino humor salpicada de sabiduría y amabilidad . Hizo cumplidos elogios de la gastronomía murciana y pedía recetas a las camareras .
La financición del viaje dá para un extenso relato . Primero me dijo que no cobraría nada por su conferencia y recital , siendo así que los agoreros periodistas me habían avisado que su representante pedía doscientas cincuenta mil pesetas por conferencia . Me dijo que su viaje a Madrid lo pagaba Enrique Loewe , y entonces solo tenía yo que enviarle los pasajes Madrid-Murcia . Pero al poco me llamópara decirme que Loewe también se hacía cargo , de modo que solo tendríamos que pagar el hotel , su generosidad no tuvo límites .
Durante su estancia , cada día pidió media docena de periódicos , y la mañana de su partida me cogió aparte para decirme que él pagaría los tales periódicos porque no entraban en los gastos habituales . Sin comentarios .
Y llegó la tarde culminante : su recital en el Paraninfo de la Universidad ante una enfervorizada multitud , más de la mitad debió quedarse a las puertas , pues media hora antes las butacas estaban todas acupadas . Pero esto merece comentario aparte .
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