LOS GRANDES : RAFAEL ALBERTI
Lo conocí bien , aunque el trato personal resultó más complicado porrazón de edad y otras cirunstancias adventicias , que ni de él ni de mí dependían .
Por causas profesionales , lo expliqué muchas veces en clase , incluso en los tiempos difíciles y revueltos de la plen dictadura , por obvias razones , aunque siempre me las ingenié amparado en la libertad de cátedra para que sus libros , no todos , circularan por las aulasen manos de losestudiantes , que solían atender mis recomendaciones de prudencia y discreción .
En cuanto al trato personal , la primera vez sucedió en El Escorial , con ocasión de un curso-homenaje que le tributamos . La segunda , Murcia , porque lo hicimos Doctor honoris causa a través de la Facultad de Pedagogía y propuesto por un buen Maestro de Primaria que devino profesor universitario . A la sazón , la vida y potencialidades de Alberti ya estaban bastante aminoradas como es lógico , y aún así disfrutó de todo lo que aquí le frecimos . La tercera , en Cádiz dentro del marco de su Fundación , que dirigía su joven esposa aunque no sé si con el acierto adecuado y necesario .
El escorial , curso y viaje a Segovia , residiendo todos los implicados en el hotel Felipe II , sede de los cursos de verano de la Universidad Cmplutense .
Lo pasamos muy bien con el prócer literaario perseguido y recobrado . Renovamos actalizándolos viejas amistades y reconocimientos . Os contaré dos anécdotas relajantes .
Primera . En Segovia , sede de la Diputación Provincia , con su presidente enmedio , que pronunció un altisonante discurso de recepción , agradecimiento y homenaje . Cuando le tocó el turno para cerrar el encuentro , Rafael Alberto alzó su recia figura y habló improvisando , como los grandes y entendidos . Añoranza y nostalgia de tiempos pasados , satisfacción por el presente y buenos vaticinios cara al futuro . Hata que mirí arriba y alzó su voz de bajo para agradecer a la hermosa y ribereña ciudad la buena acogida que le dispensó cuando el obligado exilio español por nefasta guerra . Se refería a Buenos Aires , donde creía estar en ese momento .
Segunda . Cena Madrid durante el mismo curso , con Rosa Chacel . Yo sentado frente a los dos , como escudero vigilante para la posible ayuda . Rafael pide dos servilletas blancas de lino , como antiguamente . Coloca una extendida sobre el pecho de Rosa , y después sobre sí mismo . "Profesor , usted es joven y sin duda ha cambiado los usos y costumbres , pero nosotros lo hacemos a la antigua usanza , así no nos manchamos la ropa , que también esto es libertad de pensamiento y acción , o como decía elcatecismo , de pensamiento , palabra y obra " .
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