LOS GRANDES , ALFREDO BRYCE ECHENIQUE
Nos conocimos en Murcia y después nos volvíamos a ver en cualquier lugar de mundo , hombre inquietos y andariegos y viajeros como éramos los dos . Desde el principio , todo apertura , cordialidad y cercanía .
Yo lo invitaba a mis cursos y encuentros , y él venía como a su casa . Y si alguna vez se dilataba un tanto la invitación , él me mandaba una extensa carta para recordar la puntual y obligada visita , en primavera si era posible .
Cuando a Murcia venía , todo era respeto , seriedad y moderación , pues afirmaba la mucha impresión que le causaba mi caracter "militar" , los cientos de estudiantes en el paraninfo , incluso la "falange macedónica" del equipo , aunque con los jóvenes equipiers fue desarrollando amistad y simpatía y más complicidad a raudales . "Pero por favor , de esto que no se entere el "jefe" , quede entre nosotros" . Y quedaba , como corresponde a la armonía .
En El Escorial sucedía un poco diferente . Era todo más espontáneo , incluso con cierto grado de compadreo relajante . A ello contribuía grandemente la hermosa terraza del Felipe II , punto de reunión para las interminables tertulias de medianoche , en general animadas con unas copas que podían ser bastantes , y en ese ambiente se movia como pez en el agua .
Por otra parte estaba la casa veraniega de Pepe Esteban , donde pasábamos veladas increíbles , de manera especial la noche de la clausura , hasta "la del alba sería" , momentos que aprovechaba para contar historias sorprendentes y peregrinas con fino humor . En esas cenas yo "hacía" los platos de los comensales , de modo que Alfredo aprovechaba para solicitar silencio absoluto durante la ceremonia de distribuir condumios , así fueran cangrejos de río hervidos con tomate o fideguá salpimentada con exigencias valencianas , su ingenio fluía con soltura y fina ironía , rememorando incluso la "cena de Trimalción .
Desarrollamos buena amistad , como solía suceder con todos los buenos escritores que por acá venían , y este fué otro de los casos singulares . Por una parte , su amistad con mi hijo mayor , coincidentes ambos en intereses psicológicos y de escritura , las cartas manuscritas que se cruzaron durante años así lo atestiguan . Por otra , con Carmen , acogedora matrona que acogía maternal a los escritores que consideraba necesitados de cariño y atención particular . El caso es que el fenómeno se repitió en varias y distintas ocasiones , que solía iniciarse ante la sorpresa de que una profesora de matemáticas diera en ser cualificada lectora literaria , comenzando por los libros del protagonista de turno .
Un día le perdimos la pista , como que desapareció de lo de los mundillos y mundos literarios , quizá se cansó de escribir y publicar , lo que no fué bueno para nuestro mundo de las letras . Debe andar por Perú , por alguna cafetería querida y acogedora rumiendo viejas vivencias , sin duda bstante solitario , en todo caso feliz por los buenos libros que ahí están para sorpresa y solaz de los buenos lectores .
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