EL FINAL DE MI CERVANTES
De mi presencia en el jurado del Premio Cervantes de las letras españolas e hispanoamericanas , una experiencia impagable para un profesional de la enseñanza y la literatura como yo .
Sin duda , la culminación de una carrera ascendente , que comenzó muy joven y fué subiendo peldaño a peldaño hasta alcanzar la propia cumbre a plenitud .
Y todo gracias al convencido y voccionl esfuerzo personal oportunamente protegido y estimulado por beneméritas personas entendidas , amén de otras circunstancias favorables que la vida me fué ofreciendo y a las que siempre anduve agradecido .
Sin la más mínima ambición espuria , con libertad absoluta de pensamiento y acción , horro de triquiñuelas trepadoras , bien asentado todo en la exigente ética personal fortalecida desde los orígenes de una educación clara fundamentada en la infancia y duradera para toda la vida . Me educaron muy bien y , cuando me correspondió el turno y el relevo , he procurado educar consecuente , pues que la carrera siempre debe ser consecuencia del trabajodedicado , nunca una meta más o menos explicada y por la que se sacrifican tntas cosas importantes . Siempre aspiré a lo mejor que podía recibir y a lo mejor que yo podía ofrecer . Y así los frutos ópimos fueron cayendo como la fruta madura que la recogemos en plena sazón . Nada más , pero también nada menos .
Cierto que tuve criticadores y malpensantes que razonaban así: "Tú muy desprendido y sin ambición torticera , pero bien que aprovechas cualqier ocasión para añadir un eslabón a tu carrera , luego ..." . Luego nada . Y solía responder : " Si los árboles de tu huerto enarnan frutas apetitosas , lo normal es recogerlas , pero nunca las del huerto de tu vecino , aunque sean mejores que las tuyas ". Y añadía la parábola del sembrador , por si pudieren entenderla y asimilarla .
Por eso , cuando me nombraron jurado la primera vez pregunté por qué lo hacían . Y al responderme que por mi trayectoria profesional , eso me tranquilizó . Y así , las cinco ocasiones siguientes me parecieron excesivas , porque había muchos compañeros sin duda merecedores para correr el turno , pero también me sentí a gusto por el trabajo bien hecho .
De modo que llegó el final de esta etapa y lo consideré como algo natural y obligado , pues que demasiado tiempo en el mismo lugar y poltrona da lugar a pequeñas corruptelas y apegos indeseables .
Se me ofreció un trabajo acorde con mis coordenadas y procuré hacerlo según mi leal saber y entender , pues que aquello no era un timbre de gloria para la ostentación humana , sino una oportunidad nueva para el arado y la besana .
Mientras allí estuve realicé algunas propuestas que , amable y comprensivamente , fueron aceptadas , pues la obra humana nunca está culminada definitivamente , antes alcontrario , necesita de las aportaciones que cada nuevo albañil intelectual es capaz de ofrecer para continuar la perseguida perfección , el tradicional y modesto , pero necesario granito de arena imprescindible .
De lo mucho que allí propuse y discutí con altura de miras por parte de todos , de algo muy personal me siento especialmente orgulloso : la propuesta y aceptación de alternancia entre los escritores de aquende y allende los mares , expresión feliz del olvidado Marcelino Menéndez y Pelayo .
En efecto . Por aquellos años había varios escritores que merecían el premio , pero al ser los jurados predominantemente españoles casi siempre en españoles recaían . Despues de apasionadas discusiones se llegó al consenso y cada año lo ganaban de aquí y de allá en alternativa justa , lo que entonces me satisfizo y me satisface ahora .
Dije adios al jurado con toda naturalidad , ni envidioso ni envidiado . Fué un trabajo y un encargo que agradecí y leve a cabo según mi leal saber y entender . Significó lo más elevado en mi vida de Catedrático de Literatura Hispanoamericana , ni más ni menos . A partir de entonces continué con mis clases , mis alumnos , mis equipos , mis tesinas y tesis , y con los magníficos escritores que iban llegando a nuestra tierra en creciente compañía de saber , amistad y comprensión . Laus Deo .
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