EL COLEGIO , LOS AMIGOS Y LOS AMORES JÓVENES
Que de todo tiene que haber en la viña del señor , si pretendemos una vida discretamente feliz a la que se debe aspirar desde los primeros años conscientes .
Yo lo tenía claro , con predominio de lo emocional sobre lo racional , por razones obvias , pues me entregaba al estudio como tabla de salvación , sin olvidar en paralelo los afectos , particularmente centrados en amor agradecido a mis profesores (casi todos buenos mastros) , a mis nuevos amigos y a las chicas que revoloteaban en mi entorno con el encanto de los despertares psicosomáticos .
El colegio estaba situado en la calle Heras , en la misma acera que el colegio de las monjas y muy cercano al convento de los franciscanos , todo lo tenía próximo y en todos los campos trabajé durante los seis años del bachillerato , con resultados espléndidos para el cuerpo y para el alma .
Comenzamos las clases , y llegados que fueron los exánes trimestrales de Navidad , recibí una larga y esclarecedora carta de mi padre anunciándome algunos cambios , como así sucedió . Mis profesores habían observado que yo sabía todo lo concerniente a los dos dos primeros cursos , gracias a la sabia preparación que me brindo el gran maestro de primaria que fué mi padre . Por tanto , le pidieron permiso para pasarme a tercer curso directamente , por lo que gané tiempo y trabajo , evitando aburrirme en el aula con lo pequeños catecúmenos .
Estudié todo lo que me mandaban y más ; leí todo lo que me mandaban y más . Y nunca lo hice por obligación de trabajo , sino feliz y contento de poder llevar a cabo lo que siempre pretendí : estudiar para mejorar la vida . Y durante aquellos años iniciáticos , tambien tuve clara mi vocación humanística muy por encima de la científica .
Y aquí una pequeña anécdota . La profesora de matemáticas , doña Rosario , estaba mu contenta con mi trayctoria , por lo que me insitía en que eligiera ciencias al terminar el bachillerato elemental , de cara al superior y mirando a la universidad . Nunca la contradije , pero cuando aprobé la reválida de cuarto curso , elegí in dudarlo Letras . Doña Rosario se enfadó muchísimo y me espetó una bronca descomunal , insistiendo en que la había defraudado y engañado totalmente , fariseo insufrible y taimado llegó a llamarme . Pero doña Rosario tenía 24 años y era guapa y esplendorosa . Yo tenía 18 en plena floración . No hace falta recurrir a "Té y simpatía" para entender la situación . Con el tiempo también llegamos a ser grandes amigos .
Había cuatro asignaturas que cultivaba con ahínco : Lengua , Literatura , Latín y Griego . Lo que me valió excelentes resultados a la terminación del bachiller . Don José ´Cervera me dió clase de literatura y filosofía , magnífico . Doña Lola Caride me dió clase intesificando latín y griego , también estupendo .
Y así llegué a la reválida de sexto curso para terminar el bachiller antes del opcional Curso Preuniversitario .
Aquí surgió un problema . El curso preu solo podiá cursarse en el intituto , yo no vivía en la capital y mis padres , sueldo de maestro , no disponían del dinero necesario para mi desplazamiento y residencia , tampoco había becas para el citado curso .
Pero mi padre siempre fué hombre de recursos . A la sazón había un inspector de primeria , Mariano Ojuel , hijo de maestro amigo de mi padre . Habló con él , que le proporcionó una escuela en la capital durante un año . Y caso resuelto . Mañana os contaré la aventura .
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