Son historias de amor, luminosas incluso en sus errores. Como la que hoy traigo a colación, referida a una memorable lectura de sus versos, en el Paraninfo de la Universidad de Murcia, una tarde de olorosa primavera en esta tierra de naranjos y limoneros, donde los aromas nunca son suaves ni diluídos.
Más de cuatrocientos estudiantes abarrotaron la sala y otros tantos tuvieron que permanecer fuera escuchando,de lejos, como podían. Los versos de este hombre, su presencia menuda y su palabra pausada, con trémolos, así como el gesto entre burlón y comprensivo, más la sonrisa con travesura, constituyen algo especialmente atractivo y subyugante. Parece haber nacido para los jóvenes. Y es muy de agradecer que sus escritos se manejen e intercambien como preciosas monedas apetecibles, incluso, por su contacto revelador de tantas cosas.
Aquella tarde se desgranaron algunas prosas y bastantes versos, de manera jubilar y excitante, desde breves poemas burlones y aún satíricos sin exceso, hasta poemas amplios de gran aliento, estimación y pretensiones, todas cumplidas.
Al final nos quedamos con tres inéditos de aquellas calendas: "Sombras nada más", "Otherness" y "Aquí lejos", el más extenso de los tres y uno de los más cumplidos que jamás haya escrito Benedetti.
Después aparecerían publicados en "Las soledades de Babel", soberano y sobrecogedor título, que abarca tanto la realidad existtencial, cuanto las resonancias literarias, históricas y mitológicas de tiempos lejanos, que pueden convivir a diario en estos días.
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