Pues veréis , amigos , en cierto sentido , así ha venido a suceder . Lo teníamos y ya no lo tenemos ... igual , aunque sigue siendo verde transitorio . Un gozo todavía para los paseantes más o menos ensimismados que circulamos por estas trochas y veredaas .
Cosas deel virus . Al atardecer , hora reservada que pocas personas respetan , suelo dar mi paseo para desentumecer los músculos y estimular un tanto el miocerdio . Una ruta con leves variantes .
Salgo de casa , cruzo la calle y giro hasta una rotonda que circundo , enfilo una breve bocacalle y accedo a una gran extensión totalmente virgen , tierra y pequeñas piedras , como diez campos de fútbol , perímetro irregular de curvas estudiadas y varios caballones , elevación minúscula , con vereda en la parte superior apenas para un viandante .
Hasta la semena pasada el espectáculo era de selva virgen largo tiempo abandonada . Y los transeuntes tan contentos por la fercidad de la naturaleza en libertad . Sotobosque variado y , en tramos , bastante intrincado con obligación de apartar matojos y abrir camino . Una delicia para paseantes con ánimo de gozar lo natural sin afeites que la minimicen .
Pero una buena tarde de manes imprevistos , todo eso desapareció , y nos encontramos casi con "el monte pelado" del músico ruso . Ante nuestros asombrados ojos , una penillanura bien rasurada en la que sólo permanecían varios tonos de verde a ras de tierra , y la parte superior de las veredas como "rayos de un camino en la montaña" , que diría elgran Machado .
A cien metros de distancia , un habitual vespertino con pastor alemán embozado me gritó levantando la mano con agitación : " ! Amigos , nos han robado el jardín !" .
Quizá no sea para tanto . Pero a quienes nos gusta la naturaleza tal cual , no nos ha gustado mucho , dicho sea en verdad , aunque nos sacrificamos , todo sea en beneficio de un trabajo incipiente para que la ecnomía no se hunda más .
En todo caso , siempre me gusta quedarme con lo bueno que todo cambio puede comportar . El campo está más limpio , ya no es de Agramante salvaje . Ya no enredan matojos en las piernas . Las veredas dejan ver media docena de hormigas en hilera , muy afanadas y disciplinadas como siempre . Puedes ver gorriones , palomas , jilgueros , a los que antes solamente oías trinar . Incluso algún despistado mirlo se atreve a cruzar la llanura con su pico de nítido pico amarillo . Como diría mi amigo el talabartero , vayan cortas por largas y no hay ml que por bien no venga .
Y un último dato , importante para mí . Repartidas por el territori hay diez o doce palmeras . Dos de ellas , las más grusas de tronco , jamás fueron podadas pese a mis inveteradas protestas . Sus troncos no crecieron en altura , solo en grosor , pues las palmas les nacía a ras de tierra y n o dejaban penetrar el sol . Ahora , por fin , las ha podado adecuadamente y lucen espléndidas y arrogantes .
Un placer para la vista y las emociones rústicas , que traen a mi memoria " Las Geórgicas " , de Virgilio .
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