jueves, 5 de marzo de 2015

Vieja página volandera

    Como sabéis, esta tarde comenzamos el Curso en torno a Cortázar. Un amigo mayor que yo intentaba matricularse, aunque lo he disuadido por razones obvias; pero, insistente como es, me ha remitido una página que yo escribí hace muchos años, con ocasión de un célebre congreso sobre Literatura de dos Mundos, el hispanoamericano y el español. Mi amigo es mexicano y me ruega que aquí la reproduzca, lo que hago con cierto rubor porque no pasan los años en balde.

     "Ahora recuerdo a Cervantes y Kavafis, justo en el momento de ponerme a escribir este, por necesidad, pequeño prólogo. Del primero me gustaría tener propugnada "bien cortada péñola", para pergeñar con tiento y medida clara la ingente realidad que significó el Congreso, al que acudieron, en legión, escritores, profesores, críticos y dilettantes de las más diversas geografías, status y filiaciones, con un denominador común: la sobresaliente calidad de su trabajo, no importa si creador o de investigación y estudio. Del segundo, me valen unos versos que cada vez creo más adecuados a los tiempos difíciles que nos ha correspondido vivir
                       Gentes venidas de la frontera
                       afirman que ya no hay bárbaros.
  De sus múltiples virtualidades semánticas, interesan dos por el momento: el concepto de frontera y el de bárbaros, ambos estrechamente ligados a la vastedad del mundo hispánico, que ocupa medio mundo en ambas riberas del Atlántico y agrupa centenares de millones de personas de aquende y allende los mares, como gustaba decir Menéndez y Pelayo. 
   La frontera entre lo español y lo iberoamericano nunca debió existir. ¿Qué importa la distancia geográfica si el pensamieto y el corazón andan cerca, hermanados y en consonancia, como corresponde a los que viven de la misma sangre y hablan la misma lengua, que viene a ser la ´sangre del espíritu´, según la feliz expresión de Miguel de Unamuno? Pero es el caso que, durante siglos y para nuestro sonrojo, esas fronteras han existido.
   Por otra parte, importa recuperar el prístino significado del término bárbaros, en su sentido de extranjeros, pero libre de cualquier connotación violenta o destructiva. Y aquí también es verdad que, hispanoamericanos y españoles, nos hemos sentido mutuamente extranjeros durante demasiado tiempo, sin razón aparente o real que pudiera justificarlo. Por eso me gustaría que fuera verdad, de una vez por todas, que nunca más existieran fronteras entre nosotros."

   Esto lo escribí hace más de veinte años. Continúo pensando, sintiendo y deseando lo mismo. Pero la historia...
   

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