En el viaje inciático visitaron Madrid , desmesurada urbe que apenas le impresionó , a no ser por el olor extraño de las atarjeas en el hotel , hay que recordar la época y el país .
Visitaron Toledo , para conocer a unos tíos u dos primos . Gran impresión de la Catedral y el Museo del Greco , amén de ser la ciudad de su padre . Imágenes y sensaciones grabadas en su memoria , con gran repercusión en años venideros . Dato curioso , descubrir el mazapán en casa Telesforo , justo en la plaza de Zocodover .
Y llegaron a la ciudad prometida , Hellín , en la Mancha , donde permanecería más de treinta años . Allí vivió su adolescencia sin el menor trauna . Allí vivió gran parte de su juventud . Allí conoció a Mari Carmen , la mejor alumna del colegio Compañía de María (versión femenina de los jesuítas) , que con el tiempo y el amor sería la mdre de sus hijos .
Allí conoció el colegio Nuestra Señora del Rosario , en el que realizó casi todo el bachillerato , cimiento de su prometedora y , al cabo , brillante trayectoria profesional .
Y comenzaron a sucederse las eataciones . Unas horas de colegio . Otras , para colaborar en la casa de sus protectores (tambien familia) , y muy pocas para la diversión personal , si acaso los fines de semana breves salidas con los incipientes amigos .
Cambio radical de naaturaleza , de ambiente , de modos sociales . Había pasado de la libertad en plena naturaleza salvaje y agreste , a unos modos ciudadanos que fue asimilndo sin mayor esfuerzo .
Estidiaba con la enorme avidez de los catecúmenos . Y cuando le preguntaban que pretendía ser de mayor , su respuesta era unánime como en el templo de Borges en sus Ruinas Circulares: " Llegaré hasta donde me dejen. Era consciente de que su aportación sería constante , firme y crecedera . Pero tmbién lo er de la circunstncias adventicias exteriores . Nada le arredraba y , en plena adolescencia , aprendió a comportar como adulto , lo que no le creó ningún trauma cara al futuro .
Jugaba al futbol , encontró un frontón improvisdo para la pelota vasca , y perfeccionaba el ajedrez , cuyos movimientos básico aprendió de su padre .
La vida emocional crecía con el ritmo de las hormonas desatadas , si que controladas en lo que cabe . Pronto encontŕo amigas , algunas con derecho a leve roce , aunque nunca olvidó los tirabuzones de la niña que le abrió el mundo sentimental en las altas montañas del padre Urbión .
Anécdota relevante . Cuando llegó al colegio sabía todo lo concerniente a los dos primeros cursos de bachiller . Le hicieron examen en la Navidad y adelantó dos años .
Y cuando llegó el momento de realizar el Curso preuniversitario , se planteó el problema : debía ir al Instituto de Albacete , oneroso . Pero su padre (ya regresada y reunificada la familia , reticentes los protectores) encontró la fórmula : el señor inspector le concedió comisión de servivio en escuela de la capital un año , que de manera que ambos allí se asentaron .
Pero esto exige , para su mejor comprensión , una explicación más extensa . Así , pues , quédese para mañana , como en la "Cena jocosa" de Baltasar del Alcázar , a quien el joven a la sazón desconocía .
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