miércoles, 25 de enero de 2017

PEQUEÑA REFLEXIÓN, NADA AÑORANTE

      Cada dia trae su afán y toda edad tiene su tiempo y lugar en la historia.   Luchar contra la realidad y vivir en el pasado suele ser fuente de tristeza y depresión.  Es preciso recordar el pasado para tomar impulso cara al futuro, que siempre nos reservará sorpresas agradables y compensadoras.


  Acabo de hablar con un amigo, jubilado tambien. Le pregunto y me responde.  Anda mohíno, cabizbajo y añorante.   "¿ Qué hacemos aqui, en este querido campus?. A casi nadie conozco ya, no porto por mi antiguo despacho, del que me han desalojado con escasa consideración...".
  Nada de eso.  Yo vengo todos los dias a mi despacho.  Saludo,  sonrio, saludan , me sonrien, hablamos aunque sea entre prisas.  Sigue siendo mi cuartel de invierno,  mi base de operaciones. Y aquí estaré hasta que me desalojen o cuando la salud ya no me permita venir.
  Hago cosas, me falta tiempo para atender lo inmediato y lo acumulado.  Organizo el Archivo sorprendente,  doy un curso semanal a cuantos,  jóvenes y mayores, sienten algo por los libros, leen, se estimulan, conversan, viven... Incluso uno mayor, fiel seguidor que nunca falta, me dice que espera provecho de mis enseñanzas. ¿Acaso no es suficiente?
  Dudo haberlo convencido.  Hemos tomado cafe, buena charla mientras contemplábamos, a traves de los ventanales, una legión de estudiantes azacaneados con los exámenes y pegados a sus celulares como una prolongación más de su cabeza y orejas.  No importa, encontrarán su camino, cuestión de tiempo y barajar.
  ¿ Recordais a Quevedo?  "Erase un hombre a una nariz pegado."  

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