PEQUEÑA REVOLUCIÓN EN LA UNIVERSIDAD
Todo comenzó una tranquila tarde de otoño . Cursaba yo el cuarto curso de la Licenciatura de Filología Románica en la recoleta universidad de Murcia , utilizando su principal Seminario como mi segunda casa , todo rodeado de armarios de roble repletos de libros .
Deseaba realizar mi Tesis de Licenciatura . Entré al despacho de mi maestro , el Caedrático Mariano Baquero Goyanes . Hablamos largo y tendido y , tras algunas dudas sin importancia , concretamos el título : "La narrativa de Cela" .
Debo decir que terminé las anotaciones investigadoras en el veraniego campamento de Milicias universitarias , ante la sorpresa del capitán , que se extrañaba de verme siempre con un libro bajo las encinas . Un día me preguntó dónde dejaba el libro cuando comenzábamos las clases de estrategia militar . Y entonces conoció una de las muchas utilidades del "mono caqui" con su iprescindiblle cinturón bien apretado . " ¿ Los escondes en el regazo ? " .
En el proceso de elaboración , quinto curso , contacté con el autor de "La colmena" , de cuya etapa conservo unas valiosas cartas suyas muy aleccionadoras .
Pasaron los años , terminación de estudios , locura de las oposiciones , familia constituída , vitalismo desbordante , cátedras logradas , trabajo intenso , cambios de todo tipo, deseos de cambiar el mundo , como corresponde a esa edad y peripecias . Hasta que un día me encontré fijo y seguro dando clase en la Universidad . El mundo a mis piés sin la menor duda , así lo creía entonces .
Otro buen día , me ví rodeado de un buen equipo , alumnos y profesores , trabajando por modernizar nuestra parcela en la universidad . Comenzamos por sacar a la calle aquello que nunca debió quedar encerrado en los claustros . Y para que la calle entrara en esos claustros , derecho inalienable , si que con las debidas prevenciones , orden y concierto . Y dimos en crear lo que llamamos LITERATURA VIVA , es decir , los buenos escritores visitando aulas y conversando de lo divino y lo humano a través de sus libros .
Al propio tiempo , mi empeño se orientó , también , a propiciar "Doctores honoris causa", incorporados a la universidad como maestros prestigiosos capaces de ofrecer magistrales lecciones necesarias . En pocos años logramos tres : Jorge Luis Borges , Mario Vargas Llosa y Camilo J. Cela .
Hoy me ocupa el tercero , cuyo proceso vino a poner de relieve la grandeza de la universidad como institución , la miopía de muchos profesores y la espontaneidad justiciera de innumerables personas .
Comenzamos el proceso . Para entonces , el autor de "La colmena" ya nos había visitado en varias ocasiones , todas gratificantes . Lo aprueba el Departamento de Literatura , lo aprueba la Facultad de Letras y llega su discusión al Claustro de la Universidad . Y hete aquí la sorpresa .
Como responable de la propuesta , me invitan a sesión plenaria "para defender la candidatura" . Primera interrogante de un alumno de Letras : " ¿ Defender la candidatura de un escritor como el autor de "La familia de Pascual Duarte ?".
Templé los ánimos y aparecí en la peregrina sesión con cierto grado de ajena vergüenza . Hice lo que se me pedía , con la mayor discreción posible . Y renuncio a transcribir la intervención de algunos catedráticos , uno de Letras y otro de Medicina entre ellos . Para la ignorancia y la osadía torpe siempre tuve piel de elefante .
Y aquí la segunda morrocotuda sorpresa : el Claustro decide , por mayoría , negar el título de Doctor honoris causa al autor de "Madera de boj" .
Al numeroso personal irritado , procuré tranquilizarlo con un conocido verso : " Cosas veredes , buen Cid , que farán fablar las piedras " . Y al cabo las piedras hablaron , vaya si hablaron y de qué manera .
Pero antes de estas "fablas" positivas , interesan dos inmediatas a tan gloriosa decisión . Un catedrático de Letras , miembro del claustro , declaró a un periódico local sin empacho : "Ya tenía yo ganas de suspender a un Premio Nobel" . Y un catedrático de Medicina : " No lo aprobamos porque aquello era "seguidismo" (sic) " . Que Santa Lucía les conserve la vista . Y San Buenaventura la ética .
Y la gente se dijo y nos dijimos todos : " Ladran , luego cabalgamos " , parodiando amistosos a Descartes . Y hablaron las piedras y cabalgamos con alegría y denuedo .
He aquí unos cuantos cantos rodados , de los muchos bajo el río , con cuyas aguas pretendimos , y logramos ampliamente , lavar y "desfacer el entuerto" cometido por otros ignaros y pandemoniastas .
Aquí termino la primera entrega . Continuará mañana .
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