EXÁMENES PARA LA NEGACIÓN Y LA NADA
Los exámenes académicos , en la universidad y en cualquier otro nivel de enseñanza , nunca sirvieron para mucho . Si acaso , para satisfacer el poco encomiable empeño del profesor por perseguir lo que ignora el estudiante , aunque debiera ser al revés . Ahora recuerdo el triste ejemplo de un compañero de cátedra en la universidad , orgulloso de acopiar más de mil estudiantes suspendidos por él y que arrastraban su asignatura convocatoria tras convocatoria . La ironía es que se trataba de un profesor preparado , que explicaba bien sus lecciones magistrales .
El examen a la vieja usanza viene a ser el desgraciado hermanastro del conocimiento y la sabiduría , lo supe desde siempre , aunque la burocracia administrativa me obligó a realizarlos bastante tiempo .
Pero cuando supe que estaba fijo en la universidad , se acabó lo que se daba , clausuré la comedia y empezamos todos a caminar por las trochas y veredas machadianas , dificultosas , pero que culminan en el satisfactorio "rayo de un camino en la montaña" .
En la escuela que acogió toda mi enseñanza primaria , jamás ví a mi padre realizar examen alguno . Cuando los colegas le preguntaban les ofrecía la misma respuesta : "Yo hablo todos los días con los alumnos , y ellos también . Sé perfectamente lo que saben e ignoran . Entonces ¿para qué la tortura inútil de un examen? Se trata de aprender los alfonsinos "saberes" , no de perseguir la ignorancia" . Lo aprendí en la escuela y bajo su sabia orientación pedagógica .
Así que , llegado que fuí al instituto como profesor , me encuentro con los ERPAS (no confundir con los herpes) y debo realizar tiempo y molestias a realizar exámenes escrito y guardarlos para cuando venga el inspector . Inciso : a la inspección docente "hay que echarle de comer aparte" , como dice mi amigo el talabartero . Salvadas las honradísimas excepciones , un inspector suele ser un "desertor de la tiza" , según mi amigo el profesor alemán , alguien que prefiere la burocracia de un despacho lleno de papelas , antes que la hermosa tarea de abrir cabezas adolescentes para insuflarles conocimiento , y menos trabajo , menos problemas de convivencia y mejor salario , "qué le vamos a hacer" querido vecino comentarista . Y perdonad que siga citando al aleccionador Cuarteto de Alejandría , con el que sigo aprendiendo .
En cuento me fué posible , eliminé los exámenes , sustituídos por una entrevista personal en junio . Realizada en mi despacho , diálogo socrático con el siguiente esquema :
1.- Elige el tema que más te haya costado preparar . Exposición y subsiguiente coloquio esclarecedor
2.- De las clases prácticas , elige el comentario que más te haya gustado . Exposición y coloquio .
3.- De los libros leídos , elijo yo uno de tu lista y me dices cómo lo fuiste leyendo y anotando . Gran coloquio .
Al final le preguntaba por la nota que creían merecer , la discutíamos y se la llevaban puesta . Poco a poco lo fueron aceptando con naturalidad . Y así , hasta el final de mis días académicos . Eppur si muove ...
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