LO TUVO CLARO DESDE EL PRINCICPIO : CADA VEZ QUE ENTRARA EN EL AULA , LOS ALUMNOS DEBÍAN SENTIRSE INQUIETOS , EXPECTANTES Y UN POCO TEMEROSOS DE LO QUE PUDIERA SUCEDER .
Situación similar para él , pues que la materia viva necesita del misterio , ignora cuales pueden ser sus derroteros cada minuto , y la mente necesita bridas para las ideas y las emociones . Máxime cuando todo ello ha de traducirse en palabras habladas , escuchadas y participadas , con escaso margen a la improvisación y el descanso .
Su modelo de clase : diez minutos dedicados a la explicación , actualización y puesta en marcha . Cuarenta minutos para el diálogo abierto , preguntas de todo tipo , sugerencias y previsión de proyectos en equipo , en general sugeridos por los propios alumnos . Diez minutos finales , que el profesor aprovechará para la recapitulación y anticipar las bases de la clase siguiente .
La imagen profesoral un tanto ad libitum , marginado el encorsetamiento de traje y corbata . En este punto , el profesor recuarda que ha vestido todo lo posible , desde el pantalón vaquero al chaqué , pasando por el traje talar , siempre propiciado por las exigencias académicas y su buen juicio , escaamente revolucionario pese a las apariencias . Reconoce que su informal indumentaria llamó mucho la atención desde el principio , cosa que no le extrañó en absoluto , pues que las inercias tradicionales son difíciles de modificar .
Dos anécdotas de los primeros tiempos , ambas para reprobarle su actitud . Un buen día , a la salida de clase normal , se le acercó un alumno muy atildado . Con respeto y buenas maneras dió en decirle que no le parecía bien su indumenta , demasiado informal para un profesor , pues según dicen , el hábito hace al monje ( sobre todo , cuando los monjes deben llevar hábito ) . Cualquier respuesta hubiera resultado inútil . Así que lo invitó a un café . Al día siguiente , el alumno interpelador apareció con traje , pero sin corbata . Algo empezaba a cambiar .
Segunda . Llegado que fué junio , su maestro más cercano lo invitó a vigilar un examen escrito . El joven profesor apareció elegante , si que con una sahariana tipo la de Clark Gable en " Mogambo " . El diálogo resultó inefable y la decisió apoteósica . El maestro determinó que en elcargado del seminario , perfectamente trajeado , vigilara el examen , y el profesor joven lo sustituyera , porque yendo en manga corta , las señoritas alumnas pudieren alterar sus emociones en detrimento del examen .
Las cosas eran y se sucedían tal cual , qué le vamos a hacer . Pero volvamos a lo importante .
Desde el primer momento les advirtió que literatura sin lectura es una tarea pobre , chata y ramplona . Está bien , y es necesario , el uso de manuales , monografías y otras fuentes , pero en ningún casocomo sustitutivo de las iniciativas y prácticas de profesor y alumno .
En consecuencia , les ofreció un plan de trabajo con tres actividades complementarias :
2 .- Clase semanal de comentario de texto .
3 .- Lectura en casa de obras íntegras .
Y todo ello sin preparación previa , sin andaderas que , a la larga , retrasan y entorpecen las andaduras .
Pues bien , los primeros meses resultaron duros , con alternancias , con repetidas explicaciones , con tropiezos y enmiendas , pero con prometedores resultados .
La verdad es que fueron años hermosos , de implantación y cultivo , gratificantes para el profesor y para los muchos buenos alumnos que entendieron y aplicaron . De cuando entonces , fueron apareciendo los excelentes discípulos que fueron incrementándose durante muchos años .
Quizá en otras parcelas de su vida no tanto , pero en lo referente a lo profesional el joven profesor tenía claras las ideas y las convicciones . Se sabía buen profesor , camino de la perfección que nunca llega en su totalidad absoluta , pero había que intentarlo y así lo hizo . Hasta el final de su trayectoria académica , continuó aprendiendo , para su bien y para el bien de los que se "arrimaban a su cátedra" , según palabras de un neoclásico profesor de matemáticas en la universidad de Salamanca .
La verdad es que fueron años hermosos , de implantación y cultivo , gratificantes para el profesor y para los muchos buenos alumnos que entendieron y aplicaron . De cuando entonces , fueron apareciendo los excelentes discípulos que fueron incrementándose durante muchos años .
Quizá en otras parcelas de su vida no tanto , pero en lo referente a lo profesional el joven profesor tenía claras las ideas y las convicciones . Se sabía buen profesor , camino de la perfección que nunca llega en su totalidad absoluta , pero había que intentarlo y así lo hizo . Hasta el final de su trayectoria académica , continuó aprendiendo , para su bien y para el bien de los que se "arrimaban a su cátedra" , según palabras de un neoclásico profesor de matemáticas en la universidad de Salamanca .
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