sábado, 30 de septiembre de 2017

CURSO DE LECTURA . INAUGURACIÓN

LA  REALIDAD  Y  EL  DESEO


   Buen comienzo ayer jueves,  por la tarde.  Sirvió,  principalmente,  para el conocimiento y reconocimiento personal.  Ciertamente asistieron los jóvenes matriculados por primera vez,  catecúmenos iniciales con todas las expectativas al descubierto.  Nos vimos por vez primera,  conocimiento básico.  Pero tambien estaban,  en grupo nutrido,  los repetidores positivos en general de mayor edad,  personas beneméritas que asistieron años pasados impulsados por el deseo de saber más y aprenderlo en grupo,  todos buenos lectores y para quienes los libros constituyen fuente de sabiduría y de placer.  Alguno de ellos repite por cuarta vez,  lo que dice mucho en su favor y,  de manera más modesta,   en el mío.  Cuando les insisto que van a recibir lo mismo que ya vimos,  su respuesta satisface:  " Siempre surge algo nuevo ".

   Y aquí podríamos poner el punto de origen.  Toda mi vida he perseguido la variedad complementada cuando explicaba curso tras curso,  incluso clase tras clase.  Pongamos a Garcilaso por ejemplo. Las canciones,  los sonetos,  las églogas...Son siempre las mismas, claro,  imposible modificar el texto ya fijado.  No así la visión de los avisados lectores,  siempre susceptibles de modificación y enriquecimiento a la hora de la lectura,  el análisis y el comentario.  Podemos leer

EN EL SILENCIO SOLO SE ESCUCHABA
UN SUSURRO DE ABEJAS QUE SONABA.


¿ Una sola y repetida interpretación ?  No,  evidentemente,  incluso haciendo gala de aquello tan creativo y popular: " En la variedad está el gusto ".

   Les hice notar que la Literatura es muchas cosas,  pero de manera especial y profunda es  ARTE ,  por lo que no es posible considerarla solo como documento histórico a tenor del método histórico-documental de Lansón y Larroumet.  En tanto que manifestación artística se dirige a la mente que razona,  pero también a la sensibilidad más o menos despierta del lector.  Y ahí la viña complica sus racimos como reto e incitación
    Trajimos a colación dos fábulas muy conocidas,  "Peregrinos a la Meca"  y  "La zorra y las uvas",  para insistir en la necesidad del esfuerzo intelectosensible y la convicción muy práctica de no perder el tiempo en meandros inútiles.  "Lo que hay que hacer,  hazlo pronto". También aquí vale la jaculatoria evangélica.
   Como en todas las Bellas Artes,  hay que partir de una doble base de sustentación.  Por un lado,  el mínimo de doctrina y técnica,  sin las cuales ni siquiero llegaríamos a "entender"  lo que dice el texto,  frente al cual necesitamos responder a tres preguntas elementales:  qué dice,  cómo lo dice y por qué o para qué lo dice.
   Pero no basta con la racionalidad discursiva bien informada.  Se necesita algo más,  que incide de pleno en la sensibilidad individual y colectiva.  Y que suele caminar por las estrecha y prometedoras sendas de la intuición,  no como inspiración angélica surgida del mundo de las emociones,  sino como superación del discurso racional para perfeccionarlo.  Versos para la ejemplificación:

TRAS UN AMOROSO LANCE
Y NO DE ESPERANZAS FALTO, 
SUBÍ TAN ALTO TAN ALTO,
QUE LE DÍ A LA CAZA ALCANCE.


San Juan de la Cruz lo dice muy bien para la mística basada en el amor.  Con los libros,  modestamente y en planos estrictamente humanos,  hacemos lo mismo partiendo del amor imprescindible.

   Al cabo, escribí este texto en la pizarra tal cual

YO SOY AQUEL,  QUE AYER NO MÁS
DECIA
EL VERSO AZUL
Y LA CANCIÓN PROFANA


destacando las palabras YO  -  DECÏA  -  VERSO  y  CANCION ,  para iniciar un breve análisis.  Una alumna descubrió la forma original

YO SOY AQUEL QUE AYER NO MÁS DECÍA
EL VERSO AZUL Y LA CANCIÓN PROFANA


   Y con Rubén Darío y sus dos endecasílabos sáficos terminamos la sesión,  tan agradable y fructífera.

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