¿ Y qué ha sucedido en el intermedio, a lo largo y ancho de las otras cuatro partes, más extensas y problemáticas? Pues el camino de siempre, un peregrinar laborioso y punzante con la mirada fija en Canaan.
Para lo que se insiste mucho en lo simbólico, alegórico y traslaticio, como corresponde a un poema mezcla de lírico y épico, personal y colectivo, de solista que canta y coro que acompaña.
Al cabo, el centro metafórico ( en el sentido de cambiar, con movimiento, la significación precisa de las palabras y los sintagmas, para realizar la mágica fusión de lo unívoco y lo múltiple ) supone un punto de partida y la palanca de Arquímedes.
Pues que los poets continuarán siempre siendo augures, presocráticos y medidores del mundo que nos ha correspondido vivir.
Y todo, para remover y transfigurar el universo, habitáculo final y pretendido por y para el hombre, para todos y cada uno de los seres humanos.
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