" LA CASA SOSEGADA , EL CAN DORMIDO ..."
La casa sosegada , la universidad naturalmente , que lo acogía maternal y protectora , con todas las puertas abiertas al provenir , ya fijado y practicamente definitivo . Atras quedaban la escuelita escasamente habitada , el instituto y sus dor cursos intensos , la escuela universitaria que nunca llegó a pisar ... realidades seguras que ya nunca tuvo que utilizar . Todo estaba bien , el mejor de los mundos posibles , casi a la manera del doctor Pangloss .
Primero llegó la familia , pues que existía Mari Carmen , compañera fiel e inseparable de tantas aventuras personales y colectivas , identificación total durante los siguientes casi cincuenta años .
Imaginad . Cinco años de novios a la antigua usanza . Tuvieron tiempo más que suficiente para conocerse con toda profundidad , hasta los mínimos detalles que la vida pudiere depararles cara al porvenir .
Conrejeron matrimonio en la iglesia de los padres franciscanos de Murcia , la iglesia de la universidad por otra parte , donde los doa habían estudiado . Los casó el padre José Carrillo , gran amigo de la familia Polo , y con quien el profesor había trabajado en la Juventud Antoniana de Hellín , etapa de bachillerato que se prolongó muchos años .
Vinieron los tres hijos y ninguno eligió la carrera de sus padres , cosa de la que se lamentaba la madre , con esa forma entrañable que suelen adoptar las madres . Aunque algo se consolaba con la menor , que estudió medicina y es una excelente psiquiatra infantil . Los otros dos estudiaron Derecho y son consumados juristas .
La vida discurría con todos los predicamentos favorables cara al presente y al futuro . Desde el punto de vista emocional y familiar , cuaalquier padre puede entender lo que significa criar tres hijos dentro de un círculo tribal bien establecido , sin idealismos ingénuos ni fatalismos exagerados , mezclando siempre lo dulce con lo útil . Mucha ciudad , mucho mar , mucha montaña , muchos viajes de todo tipo . Y aquí dos anécdotas revelaadoras . Un día y con ocho años , el mayor pregunta en la playa a su madre : " Mamá ¿por qué el papá no baña casi nunca en la playa y estamos contigo tanto tiempo aquí ? " . " Al papá no le gusta la playa porque es de tierra adentro , montañés . Y a mí me gusta mucho el mar . Además , es muy saludable para vosotros ." Y replica el infantito : " Por eso también nos vamos un mes a la montaña cada verano , comprendo". La otra se refiere a la pequeña . Cuando emprendíamos el vije veraniego a Castilla , seiscientos kilómetros , al cruzar Espinardo , a tres kilómetros de la salida , asomaba su cabeza por mi hombro derecho y preguntaba : " Papá ¿ falta mucho ? ".
En paralelo , la vida profesional se afianzaba cada vez más y mejor . Y el profesor sentía una creciente "aspereza espiritual" (Balmes dixit) o "regomello" (la huerta dixit en panocho) , que podría traducirse como inquietud por lo mucho que se podría realizar , pues casi todo estaba por hacer y cambiar mejorándolo , y los acontecimientos generales discurrían con desesperante lentitud .
Ello no obstante , el profesor decidió emprender su personal "reforma educativa" , había llegado el momento . Lo pensó mucho , lo sintió más y decidió caminar por trochas y veredas inexploradas . No era su primera aventura en tal sentido , calibró los pros a larga distancia (muchos) y los contras inmediatos (suficientes , aunque no demasiados) y la emprendió sin miramientos inoportunos .
Sus alumnos de aquellos años lo recuerdan , ciertamente y a conciencia . La mayoría quedaban sorprendidos , perplejos y un tanto temerosos . Una minoría definida siguieron el camino con deseos de aprender . Y la minoría que salva siempre , lo aceptó con el mejor ánimo presente y cara al futuro .
Parafraseo a Bertolt Brecht : "hay alumnos que trabajan y aprenden lo suficiente , y soin buenos . Hay alumnos que trabajan más , y son muy buenos . Pero hay los que trabajan sin límites . Esos son los imprescindibles ".