Era la primera vez que lo cogía para el trayecto Hellín-Murcia , que con el tiempo sería el casi obligado medio de comunicación entre ambas ciudades durante los años de universidad y otros muchos que le siguieron , de manera que fue creándose una especie de simbiosis entre la máquina y el hombre , situación poliédrica de identificación y afecto mutuo que daría (y así se cumplirá) para importante capítulo en Memorias , aunque solo fuera por la variedad de circunstancias sociales , económicas y culturales que fueron acumulandose , muy reveladoras , con el correr del tiempo y la variedad proteica de los personajes que fueron apareciendo.
La estación de ferrocarril distaba unos quinientos metros de su casa , de modo que había un autobus-diligencia que recogía a los viajeros . Lo llamaban La Lirio y era famoso por el charlatán conductor y por su propia configuración , que incorporaba la correspondiente baca con tres bancos de madera bien asentados , a la que se ascendía por escalerilla volada exterior .
El tren provenía de Albacete y solía llegar sobre las tres de la madrugada , se cargaban las maletas y continuaba viaje a Murcia , en cuya estación solía entrar en torno a las ocho . Cinco horas para ochenta kilómetros , no era mala marca, de ahí el pretencioso apelativo de expreso.
Nadie viajaba en primera , precios prohibitivos. Los asientos de segunda estaban forrados de un tejido entre hule y plástico prehistórico de color marrón oscuro. Casi todo el mundo viajaba en el machadiano vagón de tercera, tan entrañable.
El panorama humano era todo un espectáculo . Hombres cargados de aperos , mujerucas cargadas de bolsas inverosímiles llenas de nada y de todo , ancianos que viajaban en plan cercanías , casi siempre taciturnos y un poco sorprendidos , algunos niños correteando por el pasillo central , en ocasiones una pareja de monjas en viaje de visitación , ciertos ejecutivos de bajo nivel , los unicos vestidos de corbata : maestros de enseñanza primaria que se desplazaban a los pequeños pueblos y apeaderos para comenzar su tarea justo a las nueve de la mañana.
Por fin , a la hora prescrita con holgura , el maquinista hacía sonar la sirena , intensificaba la salida del vapor , provocaba el metálico sonido de los frenos y el tren triunfante aminoraba la marcha en paralelo al primer andén . Apresuramiento general , alguna carrera para coger el autobus , caminantes de cercanías y el espectáculo de galeras y simones con sus pacientes caballos en la puerta principal . Huelga decir que , a la sazón, no había más que un taxi para inoportuna emergencia.
En ocasiones posteriores , el estudiante utilizaba los tres medios de transporte de manera aleatoria , sobre todo determinado por el reloj casi nunca fijo. ^Pero esta primera vez prefirió el autobús , por mor de la rapidez y porque le dejaría casi a la puerta de su casa , calle Cánovas del Castillo frente a los isócronos buzones de Correos.
Descarga rápida , ducha veloz , indumentaria adecuada que incluía la inusual corbata , y raudo paseo a la calle de La Merced, a cuyo final se hallaba el frontis del edificio docente . Por fin , con parsimonia y casi delectación , dejando atrás la plaza de Santo Domingo y el enorme ficus que tanto le sorprendió la vez primera, levantó los ojos y a pocos metros divisó el edificio. Herreriano en pequeño , varias ventanas simétricas a los lados del portón , enormes rejas (así se lo parecieron) de hierro en todas las ventanas de la planta suelo, dos plantas arriba con huecos de luz más pequeños y el borde de un tejado totalmente horizontal, sin tejadillo de protección para la lluvia y otros fenómenos atmosféricos . Con el tiempo, alcanzaría a comprender que agua y nieve no eran precisamente notorias por su abundancia en esta tierra mediterránea , donde la Naturaleza solamente se mostraba inclemente en el estío , con temperaturas que solían superar los cuarenta grados.
Por fín , el joven estudiante alcanzó a leer , casi deletreando , la palabra escrita con pintura roja color magenta por hábil artesano : UNIVERSIDAD .
Alea jacta erat , que dijo el conquistador de la Galia.