Son las doce y media de la noche y acabo de ver , en televisión , un reportaje sobre la Real Academia de la Lengua Española . Con sabor agridulce , me apresuro a decir . Citando a Jaime Balmes , "con cierto grado de aspereza espiritual".
Edificio aceptable , interiores con la pátina del tiempo un tanto fantasmal , estancias solemnes , anaqueles poblados y algunos tesoros para iniciados . Bien .
Asistí como invitado por dos grandes amigos cuando tomaron posesión de su LETRA y sillón : Ana María Matute y Mario Vargas llosa . Gran parafernalia que viví gozoso . Hasta aquí lo dulce .
Por otra parte , siempre pensé que vivía un tanto anquilosada , quizá porque eran demasiado viejos , y no siempre excelentes , sus habitantes propietarios , bastante al margen de lo que suele suceder con ese espíritu definidor y volátil que es la Lengua .
Ahora bien , desde hace unos años vienen entrando algunos jóvenes que pudieren haberle insuflado un aire fresco , aunque noto y anoto mi error : demasiada política para la selección de candidatos y excesiva ambición de más de uno , aparte su escasa relevancia personal y profesional . Qué le vamos a hacer .
Y un último dato por ahora , que me solivianta . Los venerables han tenido a bien eliminar la expresión calificadora MUJER FÄCIL , sustituyendo la palabra MUJER por la más ambigua de PERSONA .
Ignorancia , temor , estulticia ¿por qué ? Y además : ¿ quienes son los académicos para quitar y poner ? Quizá piensen que así LIMPIAN nuestra rica lengua . Y que FIJAN sus términos y expresiones desviados por el inadecuado uso popular . Y que le proporcionan ESPLENDOR después de fijar y limpiar .
Pero qué más , si han sacralizado la palabra ALMÖNDIGA . Pues así nos luce la cabellera undosa . !Ah , el pelillo de la dehesa , que vuelve a brotar donde nunca debiera!